Aumenta la inquietud de los inversores
La irregularidad que muestran los indicadores económicos estadounidenses está forzando a los inversores a plantearse la posibilidad de que la tendencia alcista de los mercados de valores haya tocado techo.
El Ibex 35 abrió esta sesión con una subida del 0,67% que le llevó hasta los 11.120,70 puntos, nuevo máximo anual intradía, para iniciar a continuación un lento desgaste que le llevó hasta el nivel de los 10.850 puntos, aunque una pequeña reacción final salvó la situación. Al cierre, el principal índice de la Bolsa española perdió el 1,31% para quedar en 10.901,90 puntos. Los valores medianos del mercado cedieron el 0,31% y los pequeños ganaron el 0,71%.
El descenso del PIB español del segundo trimestre no sorprendió a los inversores y el mercado disfrutó de una hora de tranquilidad con los mismos protagonistas que el día anterior. Las sociedades inmobiliarias subieron otra vez con fuerza en un movimiento que parece obedecer más a un impulso del corto plazo que a un cambio en la situación y perspectivas del sector. Los valores inmobiliarios están muy baratos en términos comparativos aunque, si lo que se compara es la situación del sector, hay que admitir que ha empeorado lo suficiente como para que las cotizaciones puedan considerarse un fiel reflejo de la realidad.
Las acciones del Banco Popular también siguieron la senda de la jornada anterior y alcanzaron un valor máximo de 7,065 euros, aunque las circunstancias impusieron la salida precipitada del corto plazo y al final cayeron el 2,39% para cerrar en 6,75 euros. Al margen de los movimientos accionariales y de la posible recompra de posiciones cortas, el oportunismo de la barandilla es otra de las causas del tirón de los títulos del Banco Popular.
En cuanto a los indicadores económicos estadounidenses, sólo hay que añadir que están confirmando que el posible final de la recesión no va a ser suave. Los consumidores desconfían de una situación que todavía destruye empleo y el índice correspondiente a los primeros días de agosto sufrió una inesperada caída de 2,8 puntos, hasta quedar en 66 puntos. El IPC no varió en julio y acumula un descenso interanual del 2,1%, al tiempo que la producción industrial aparecía como el único dato positivo del día, con un avance del 0,5% en julio, que viene a confirmar que la recesión se acaba.
