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"Guapa, date la vuelta"

El concurso de piropos abre las fiestas de la Paloma

María Martín

"Hola, chula castiza que estás más apretadita que los tornillos del tranvía de la Guindalera". Ése fue el piropo que Luis Caballero, mano en alto a modo castizo y deje madrileño hasta parecer forzado, dedicó a las madrileñas. "Porque son guapas y tienen un par de ojones..." y se quedó tan ancho.

Pero hubo más, porque el consurso de piropos de las fiestas de la Paloma no tuvo desperdicio. "A ver, tengo un problema muy serio", dijo Chemi, otro de los concursantes, al saltar al escenario. Pónganle el tono castizo: "es que aquí tengo a mi churri, a la otra y a la que me espera y no sé a quién dedicarle el piropo". Ante la duda Chemi soltó un par y escogió a la otra. "Date la vuelta mujer", le dijo a la señora, que enfundada en su vestido se giró dando la espalda al público. "Con ese culo que tienes te vas a Huelva y el eólico funciona sólo cuando te mueves". La señora y el público parecieron tomarlo como un piropo.

A pesar del tono y la caducidad de los requiebros, al respetable le hacía cierta gracia el asunto. Aún más cuando las mujeres se atrevieron a regalar sus perlas -sólo cinco de 16 participantes se lanzaron-. "¡Guapo! Que tienes los ojos más grandes que los pies", piropeó Susana al presentador del evento.

Premios a los niños

Pero el mejor piropo femenino, según el grupillo que formaban Angelines, Carmen y Lola, fue el de Isabel Infante. "Yo no sé decir piropos, así que os cuento uno que me dijeron un día a mí", dijo. Y cogiendo del brazo a una de las chulapas forrada de azul le soltó: "¡Prenda!, qué poquito azul llevas para lo cielo que eres". A juzgar por los agudos vítores no sólo encantó al grupo de Angelines.

Como algo excepcional, hubo dos ganadores. El pequeño Raúl, un chiquillo que no llegaba a los diez que se atrevió con el piropo que primero se aprende en el colegio: "Si el mundo fuese un pañuelo, tú serías mi moco preferido".

El segundo, y ganador oficial porque fue el que se llevó la placa, pasó del uniforme de chulapo. "¿Cómo se puede ir a un concurso con esas pintas?", chismorreaba Carmen. El hombre recuperó un clásico de los que se escriben en los libros y carpetas de 4º de la E.S.O: "Quién fuera lágrima para nacer en tus ojos, recorrer tus mejillas y morir en tu boca". Esto es un concurso. El mismo que el del año pasado con los mismos piropos. Falta comprobar de una vez si surten efecto en una calle cualquiera del siglo XXI.

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Sobre la firma

María Martín
Periodista especializada en la cobertura del fenómeno migratorio en España. Empezó su carrera en EL PAÍS como reportera de información local, pasó por El Mundo y se marchó a Brasil. Allí trabajó en la Folha de S. Paulo, fue parte del equipo fundador de la edición en portugués de EL PAÍS y fue corresponsal desde Río de Janeiro.

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