Roberto se luce en los penaltis

Nadie esperaba alardes. El Atlético ya había hecho el sábado, en Liverpool, las pruebas con vistas a la ronda previa de la Liga de Campeones. Lo de ayer en el Trofeo Teresa Herrera fue un rodaje para los menos habituales, una reválida para que Abel valorase alternativas. Deberá esperar. El Deportivo mostró sus nuevas credenciales. Las de Angulo, un zurdo colombiano con potencia, descaro y alguna carencia técnica, y las de Juca, un brasileño al que se esperaba como volante de contención y al que Lotina emplea en la mediapunta. No fue la única noticia inesperada porque tras él se alineó Domínguez, que la temporada pasada era juvenil y apenas acumula un puñado de partidos con el filial. Futbolista de cabeza levantada, no desentonó entre los mayores y destiló ternura, pero también capacidad para manejarse en las zonas más sensibles.

Más allá de los exámenes individuales, la cita apenas dejó algo. Fue un bolo más del verano, típico de equipos espesos que acumulan carga de trabajo y futbolistas con piernas duras. Riki, quizá el más incisivo, se fue dolorido al banquillo a la media hora. En el Atlético, Reyes se movió, quiso participar y partió desde la izquierda, pero se acercó con insistencia a la medular para tejer combinaciones. En una de ellas encontró a Sinama, que despreció con un mal control un pase que le dejó solo ante Aranzubia. El sevillano, por momentos, devoró el espacio de Jurado, que no dijo esta boca es mía. Le faltó codicia al Atlético. El Deportivo la tuvo con Valerón. En siete minutos tejió dos pases de gol. El segundo lo aprovechó Iván Pérez, otro que llega del filial. Pasan los años, no es el que fue, pero conviene disfrutar de Valerón porque no se atisba a nadie como él por Riazor.

El gol del Deportivo no cambió el ademán del Atlético, que para entonces ya tenía a varios jugadores del filial sobre el campo. Uno de ellos, Koke, trató de darle un nuevo aire desde la línea de creación. Desapareció Reyes, que se recluyó en la línea de cal y comenzó a renquear. Todo parecía sentenciado, pero Angulo atropelló a Sinama en una acción tan confusa como en apariencia involuntaria y un linier dijo que aquello era penalti. Jurado lo colocó en la escuadra y abocó la resolución a los once metros. Falló Koke por el Atlético y Roberto se lució ante los tiros de Iván Pérez y Valerón. Ganó el Atlético y se llevó de A Coruña el primer Teresa Herrera desde la victoria del Celta en 1999.