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El grupo Aisa elude la suspensión de pagos por la fusión con Fergo

Lluís Pellicer

La inmobiliaria catalana Aisa se ha salvado. Y lo ha hecho, además, en el tiempo de descuento. Tras tres intentos fallidos de fusionarse con otras compañías, Aisa halló en la constructora barcelonesa Grupo Fergo su compañero de viaje cuando ya llevaba desde el 31 de diciembre "en causa de disolución", según la admite Aisa en la memoria del año pasado que remitió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Con la fusión, la empresa espera garantizar su viabilidad entrando en el sector de la obra pública.

Hacía más de un año que Aisa no pasaba el test de la Bolsa, desde que la CNMV suspendió su cotización porque el auditor se negó a firmar sus cuentas. El viernes 31 de julio regresó al parqué, y en sólo una semana la acción ha perdido el 35% de su valor. La compañía no sólo arrastraba unos números rojos de 240,99 millones de euros correspondientes al año pasado y una deuda financiera de 455 millones, sino también un desequilibrio patrimonial que a punto estuvo de llevar a la sociedad al concurso.

La inmobiliaria despeja su futuro con la entrada en la obra pública

La solución ha pasado por integrarse con una constructora de tamaño medio que participaba en Promobarna, uno de los accionistas de Aisa. Lo hace después de que fracasaran sus intentos de fusión con Astroc, Hemeretik y el inversor británico First Mile Investments. El futuro de la empresa estaba muy comprometido. Principalmente, porque el auditor de sus cuentas advertía que la mayor parte del suelo que poseía la promotora en diciembre era rústico, un activo que ahora es prácticamente ilíquido.

Pero Aisa acumula, además, varios fiascos. La inmobiliaria se ha anotado pérdidas tras las ventas de varios activos, como un hotel en Barcelona, un inmueble en Madrid y un solar en la Albufereta (Alicante). Apenas puede presumir de haber vendido por 69 millones de euros un edificio del paseo de Gràcia barcelonés a Agrupació Mútua. Pero además, Aisa ha tenido que acudir en numerosas ocasiones a los juzgados. La han demandado, por ejemplo, la promotora Cosmani, las consultoras Jones Lang LaSalle y CB Richard Ellis, Unicaja, Caja Granada, Caja Madrid y Banco Popular.

Para la fusión, Aisa se vio forzada a capitalizar deudas que tenía con varios consejeros y directivos. Según la información remitida a la Comisión de Valores, Aisa tratará ahora de capear el temporal "diversificando las líneas de negocio del grupo".

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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