Los vecinos reclaman el uso de la dársena "privatizada"
Los hosteleros recuerdan que la prueba aportó a la ciudad 2.767 millones
"Es una lástima que la dársena del puerto se haya convertido en un espacio fantasma, sin visitantes ni servicios, sumido en el más completo abandono por parte del Ayuntamiento de Valencia y el Consell", exclamó ayer la responsable socialista de Turismo en las Cortes Valencianas, Maisa Lloret. Esta opinión, sin duda política, coincide en gran parte con la de las asociaciones de vecinos más próximas al puerto, una infraestructura que ha estado hipotecada durante los últimos años para dar acomodo a unos inquilinos de lujo, los sindicatos que han competido en la regata y que durante los últimos años han esperado a medio gas para ver si la 33ª Copa del América se celebraba de nuevo en Valencia. La pérdida de la prueba reabre ahora el debate sobre el futuro de la dársena y su recuperación para el uso ciudadano.
Para la plataforma El Litoral que Volem, formada por las asociaciones de vecinos de los barrios de Nazaret, la Malva-rosa, El Cabanyal y el Grau, Valencia ha estado "hipotecada" desde que se convirtió en la sede de la 32ª edición de la regata.
Según Vicente Gallart, miembro de esta agrupación que se creó en 2003 por considerar que la competición náutica no iba a beneficiar a los vecinos de Valencia, el puerto está condicionado a los eventos. "Antes había dársena, ahora no. Se ha privatizado su uso con las bases de los equipos y éstas se han convertido en momias", afirmó. Además, Gallart añadió que la Copa fue "una estrategia cuestionable porque siempre se tomaron las decisiones al margen de la sociedad".
Desde la Federació d'Associacions de Veïns de València, también crítica con el planteamiento de la regata, afirmaron que el Consistorio "nunca pensó en el después".
"Todo se planificó de cara a la galería, se hizo un mal uso de los fondos públicos y ahora nos quedan muchas deudas y un esfuerzo enorme para explotar la dársena y darle un uso ciudadano", declaró Toni Pla, vicepresidente de la federación.
Para ambas agrupaciones vecinales, que denuncian que a pesar de que Valencia "tiene necesidades básicas por cubrir, apuesta por los eventos deportivos", la reconversión de la dársena se debería contar con el consenso ciudadano y ser beneficiosa para todos. "Hay que darle vida y hacer el lugar lo más público posible", declararon desde El Litoral que Volem.
Desde otro prisma, también opina el sector turístico, consultado ayer por Efe. Un sector defensor de la regata, y al parecer partidario de seguir consagrando el puerto a la regata. La Federación Empresarial de Hostelería de la Comunitat Valenciana, por boca de su portavoz, Vicente Pizcueta, manifestó ayer que lo que la Copa tenía que ofrecer a Valencia "ya lo ha hecho", al situarla como destino turístico. Aunque instó a no bajar los brazos y apostar por recuperar la 34ª edición, una vez se dirima el duelo entre Oracle y Alinghi en febrero de 2010 en aguas de Ras al Jaima. Pizcueta incluso recordó un informe de impacto económico del Instituto Valenciano de Investigaciones Financieras que cifró la repercusión de la prueba en 2.767,9 millones de euros. Para los hosteleros, la prueba atrajo a Valencia turistas de nuevos mercados, sobre todo extranjeros, y en alguna medida, de un mayor poder adquisitivo que el de otros destinos.
Por su parte, el secretario general de la Federación Hotelera, Luis Martí, que aunque respeta la decisión del Alinghi de irse a otro puerto, afirmó categórico: "No nos beneficia en nada; al revés nos perjudica". Los hoteleros opinan que la prueba fue "un revulsivo para la ocupación y la imagen internacional de la ciudad", que durante los meses previos y durante la regata de 2007 implicó una ocupación en los establecimientos de entre el 75% y el 80%, además, con un "buen precio medio". En comparación este primer semestre la ocupación ha bajado al 50%. Aunque Martí matiza que en sus previsiones ya contemplaban la posibilidad del adiós definitivo de la Copa.
Ante el plante al puerto de Valencia de la regata más prestigiosa del mundo, el PSPV quiere reabrir el debate sobre el futuro de la fachada litoral. "Hay dos Opciones", según planteó ayer Lloret, "sentarnos a lamentar la ocasión perdida o ponernos en marcha y plantearnos qué hacemos con esas maravillosas instalaciones financiadas por el Estado y cómo las convertimos en productivas económica, social y medioambientalmente". Eso sí, los socialistas volvieron a criticar ayer la "irresponsable intervención" del presidente Francisco Camps y de Barberá, por "un afán de protagonismo propagandístico", durante el litigio judicial que enfrentó al Alinghi y al Oracle durante los dos últimos años.
Desde Iniciativa, Mònica Oltra manifestó que "la corrupción es también pagar 9 millones por una fiesta por la que otro país no daría ni un dirham". Y añadió: "Se puede pensar legítimamente que los organizadores se han aburrido de tanta corrupción. Y Enric Morera, desde el Bloc, culpó a los dos partidos mayoritarios de la pérdida de la prueba: "La falta de acuerdo entre PP y PSOE vuelven a perjudicar al pueblo valenciano; ahora le toca a Valencia, que pierde la Copa". Morera lamentó que la Copa "se podía haber hecho perfectamente en la ciudad de Valencia, porque la inversión ya estaba hecha".
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