El beneficio de la entidad coruñesa cae un 69% hasta julio
La fotografía de Caixa Galicia durante este primer semestre de 2009 es el reflejo de la situación en la banca española: sus resultados se han visto fuertemente penalizados a costa de alimentar el colchón que cubre futuras insolvencias. En números, en los seis primeros meses del año ha ganado 54 millones, un 69% menos. Ya no puede presumir, como hace doce meses, de que los márgenes de su cuenta de resultados crecen por encima de los dos dígitos. La morosidad se ha disparado del 1,45% al 4,23%, aunque, pese a todo, está sensiblemente por debajo de la media de su sector. Ha congelado los créditos otorgados a clientes y su activo total es, a cierre de junio, de 47.349 millones, casi un 5% menos.
En la radiografía de Caixa Galicia también se ven evoluciones positivas: ha incrementado en un 6,6% el dinero captado en depósitos que realizan los impositores, lo que, según la entidad que dirige José Luis Méndez, "dota de fuerte estabilidad a las fuentes de financiación de la entidad". Los indicadores que miden la solvencia según las normas internacionales (Tier 1 y Ratio BIS) han mejorado gracias a las emisiones realizadas. El primero, un 1,24% en seis meses, "generando un superávit de recursos propios de 1.110 millones de euros, 285 más que los existentes a cierre de 2008".
Estrategia de crisis
En el primer semestre, buscar liquidez y mejorar los índices de solvencia han sido los dos grandes pilares de su política. Por una parte, la caja sabe que tiene que seguir incrementando su fondo para insolvencias, tal y como está haciendo el sector, en previsión de que los impagos continúen aumentando. El saldo de esas reservas se sitúa ahora en 862 millones de euros. Además, "manteniendo una política de estricta prudencia", según el comunicado de la entidad, "se han incrementado en un 16% las provisiones y saneamientos", al añadirle 52 millones generados como beneficio antes de impuestos.
Otra de las consecuencias de la crisis ha estado en la clausura de oficinas. Tras una década de expansión territorial, la caja se ha visto obligada a cerrar 52 locales en los últimos seis meses, la mayoría fuera de Galicia, para quedarse con una red que a finales del mes de junio era de 839 sucursales. Algo más de la mitad se sitúan en Galicia, mientras que cuenta con 410 en el resto de España y 17 fuera del país. El presupuesto de la obra social, de la que se han beneficiado más de un millón de personas entre enero y junio, es de 112 millones este año.
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