Como sardinas para ver al Jefe
Cruce de acusaciones entre la promotora y las autoridades por el caos del concierto de Springsteen en Santiago - Se multiplican las denuncias de los afectados
No pasó nada. Y eso que se dieron todas las condiciones y un monumental caos que presagiaba lo peor. La desastrosa organización del concierto del domingo de Bruce Springsteen en el Monte do Gozo de Santiago, cierre de su gira Working on a dream en Europa, deja una avalancha de quejas, decenas de denuncias de personas que se quedaron a las puertas sin poder ver una actuación por la que habían pagado 74 euros... Y un cruce de acusaciones entre las autoridades y la productora del espectáculo, la empresa con sede en Barcelona Doctor Music. En contrapartida, The Boss regaló un concierto memorable de más de tres horas, con un repertorio excepcional que incluyó versiones inéditas de Burning love, del bueno de Elvis Presley, o Born to be wild, de Steppenwolf. Lo cierto es que abundaron los guiños que maravillaron a un público enlatado como sardinas aunque feliz.
Doctor Music afirma que contaba con los permisos para ampliar el auditorio
Hacinados en un recinto al aire libre, ampliado excepcionalmente para un aforo de 37.800 personas pero que no reunía ni las condiciones, ni los accesos, ni la capacidad para tal aglomeración, los asistentes, pese a no poder ni moverse, disfrutaron de lo lindo. "Hay que alabar el excepcional comportamiento" del público, agradeció la concejal de Seguridad de Santiago, Marta Álvarez Santullano, al reconocer todo el cúmulo de errores y la desorganización absoluta, de la que culpó a la promotora del concierto. En la comisaría de la policía se registraron más de una veintena de denuncias. En el Ayuntamiento, el goteo de quejas fue incesante ayer. La propia productora también recibió por teléfono reclamaciones que promete estudiar, aunque, según uno de sus responsables, Patxi Miranda, "fueron pocas las personas que no pudieron entrar".
La Xunta de Galicia, propietaria a través de la sociedad Xacobeo del auditorio del Monte do Gozo que cedió para el concierto a cambio de publicidad pero "sin responsabilidad en los accesos, transportes públicos y seguridad", también echa las culpas sobre Doctor Music. "Lamentamos el déficit de la organización y deseamos que se tomen medidas para que no se repita, aunque no hubo ningún problema de importancia que afectara la seguridad de los ciudadanos", señaló la delegación del Gobierno.
Hasta las fuerzas de seguridad se vieron desbordadas por la marea humana que se agolpaba en uno de los dos únicos accesos al auditorio. Decenas de miles de personas hicieron cola durante horas ante las entradas 1, 2 y 3, en la rúa das Estrelas, puntos de ingreso por el lateral izquierdo del escenario. Pero cuando se abrieron las puertas, con 45 minutos de retraso, fue una carrera de empujones a gritos de "organización, dimisión" para colarse por lo que en realidad era un acceso único al recinto, formado por dos exiguas hileras de controles. Desbordados, los vigilantes tiraron la toalla y dejaron de comprobar entradas y mochilas. Ya dentro, cada cual, a la carrera, trató de buscarse un hueco. Decenas de personas se subieron al tejado de una caseta de piedra y vieron el concierto sentados o de pie desde una altura no exenta de riesgos.
Doctor Music se defiende de las críticas asegurando que contaba con todos los permisos oficiales para ampliar el auditorio a un aforo de 37.800 personas. No vendieron "ni una entrada más" del límite máximo fijado por el proyecto de obra y por los técnicos municipales, aseguró Patxi Miranda. Primero se pusieron a la venta 35.000 entradas y semanas después de agotarse, las restantes 2.800. Xunta y Ayuntamiento autorizaron a la productora a ampliar excepcionalmente el auditorio, un recinto al aire libre con un aforo máximo hasta ahora de 30.000 personas, que había inaugurado el propio Springsteen en 1993 y en el que se celebraron decenas de conciertos multitudinarios sin incidentes.
"El problema", dicen en Doctor Music, "no fue el aforo, sino el retraso en la apertura de las puertas", debido a la demora en montar el gigantesco escenario, procedente de Valladolid, donde la noche anterior había actuado el cantante de Nueva Jersey.

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