Tamudo, un callejón sin salida
El delantero blanquiazul ha perdido la capitanía y tanto el club como él buscan romper su relación, pero el goleador no tiene ofertas
Caminaba apesadumbrado, con los hombros rebajados y la cabeza gacha. Tampoco charlaba animosamente con los compañeros como solía hacer antaño. Y ni siquiera salió a comer con el grueso de la plantilla cuando disfrutaron del día libre de la semana. Incluso parecía que congeniaba menos con Iván de la Peña o Luis García, su compañero de habitación. A Raúl Tamudo (Santa Coloma, Barcelona; 1977), delantero emblema del Espanyol en la última década, se le atragantaron los primeros días de la pretemporada. La razón principal es que se quiere ir. Pero faltan ofertas.
Mauricio Pochettino, el técnico del Espanyol, desarticuló pronto al ariete. En la primera semana de la pretemporada ya le quitó la capitanía que había portado durante los últimos siete años. "Es una decisión del entrenador", señalan desde la plantilla al tiempo que dan su conformidad al relevo al mando del vestuario, Jarque. "El vestuario es un santuario y yo no me voy a meter en sus decisiones", abunda Daniel Sánchez Llibre, el presidente del Espanyol. Pero ahora se entiende por qué el preparador le arrebató el brazalete al que había sido el eterno capitán y salvador en muchas ocasiones del Espanyol. "Es el momento de Raúl para salir del Espanyol", explica su agente, Tomás Durán; "seguimos con la intención de que llegue un equipo que le dé la oportunidad de salir". Pero las ofertas se quedan a mitad del camino o, simplemente, ni aparecen.
La entidad pide dos millones para venderlo a un equipo extranjero y tres a uno español
La relación de Tamudo -máximo artillero del club (129 goles)- con el Espanyol siempre ha sido excelente. Menos en dos momentos. En 2000, el club aceptó una oferta del Glasgow Rangers por el delantero. "En el aeropuerto me dijo: 'Presi, a veces el dinero no lo es todo'. Pero estábamos en un momento muy malo y le forzamos a que aceptara", reconoce Sánchez Llibre. El examen médico, en cualquier caso, dictaminó que una de sus rodillas estaba hecha un cisco y le rechazaron. El segundo momento delicado fue en 2007 y ocurrió justamente lo contrario. "Trae 10 millones de euros y te puedes ir", le dijeron desde la dirección deportiva. "Los conseguimos del Villarreal, pero nos negaron el fichaje", lamenta ahora Durán. "No era el momento adecuado porque no había recambio y no necesitábamos el dinero entonces", replica ahora Sánchez Llibre; "desde la directiva y la dirección deportiva, congelamos la operación". Por estos dos capítulos, Tamudo se reunió antes del verano con el presidente para pedirle que le dejara marcharse este año. "Puede hacer lo que quiera", insiste el presidente; "si quiere irse, se va. Si no, se queda. Lo que está claro es que no le vamos a dar la carta de libertad porque, económicamente, no estamos para tirar cohetes". Así, el Espanyol pide dos millones de euros si la oferta es de un club extranjero y tres si es de uno español. Demasiado caro, por el momento, puesto que el jugador sigue defendiendo la camiseta blanquiazul.
Desde la secretaría técnica del Espanyol son claros respecto a su situación. "No hemos recibido ninguna oferta por Tamudo", convienen en los despachos. Retoma la palabra Durán. "Es que se tiran para atrás cuando ven el precio de salida que exige el club. Su salario también es un inconveniente, pero se podría rebajar...", argumenta. Durán ha entablado conversaciones con diversos clubes de Turquía, Grecia, Inglaterra, Francia y México. Pero ninguna oferta ha acabado por solidificarse y el conflicto sigue igual de enquistado que antes. "Presiento que, al final, todo se resolverá para Raúl", añade Durán. Pero, de momento, no convence a nadie lo suficiente.
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