"Asesinos salvajes y enloquecidos"

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, resaltó ayer el carácter "especialmente canalla" del atentado de ETA, porque en el edificio dormían en el momento de la explosión no sólo guardias civiles sino también familiares suyos, entre ellos 41 niños. "Hoy sabemos [que los etarras] además que son asesinos salvajes y enloquecidos. Eso no les hace más fuertes pero sí más peligrosos".

Rubalcaba hizo esa afirmación en una comparecencia pública que fue una buena muestra de unidad contra ETA. A su lado estaba la lehendakari en funciones, Isabel Celaá, que se desplazó a Burgos para mostrar el apoyo del Gobierno vasco y "el dolor de los vascos de bien"; el alcalde de Burgos, Juan Carlos Aparicio (PP), y el consejero de Interior del Gobierno de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (PP).

Desde su lugar de descanso, el presidente del Ejecutivo vasco, Patxi López, afirmó en su blog que frente al deseo de ETA de "causar víctimas y cometer un gran barbarie, nos tiene que encontrar fuertes y sobre todo unidos". Además, llamó al presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera (PP), para expresarle su solidaridad e interesarse por el estado de los heridos.

Las fuerzas parlamentarias; la CEOE y las organizaciones empresariales vascas; los principales sindicatos y numerosas instituciones democráticas expresaron públicamente su repulsa del atentado. El presidente del PNV de Vizcaya, Andoni Ortuzar, y la Diputación de Guipúzcoa dijeron a ETA que el 50º aniversario del inicio de su trayectoria sangrienta "es una oportunidad inmejorable para que anuncie su desaparición".

El líder del PP, Mariano Rajoy, expresó su apoyo al Gobierno convencido de que con los instrumentos del estado de derecho "más pronto que tarde" se logrará acabar con ETA.