Prevenir incendios
Leo con mucha tristeza e impotencia las informaciones sobre los incendios forestales. Han muerto personas y miles de animales y desaparecido extensas áreas de bosque.
Es un desastre absoluto que se repite año tras año. Cada vez que recorro las montañas colindantes al Parc del Penyagolosa, en el municipio de Vistabella del Maestrat, en Castelló, observo cómo las empresas madereras se llevan el tronco principal de los pinos talados y dejan todas las ramas abandonadas cubriendo el suelo. El paisaje me parece premonitorio: futuro pasto para las llamas, leña seca para el próximo incendio.
¿Quién limpia el monte tras las talas? La Conselleria, la Diputació, las empresas, los propietarios... nadie lo hace y nadie se siente responsable. Según los artículos leídos, la culpa la tienen el viento y las altas temperaturas del verano, pero para mí también se añade una política de prevención insuficiente, hipócrita e irresponsable. En los montes que yo conozco no se limpia, y las talas dejan un paisaje desolador. El día que arda va a ser otro desastre absoluto.
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