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cocina para impostores | gastronomía

Túnido tibio en ensalada

El consumo excesivo de ensalada constipa el ánimo, contrae las gónadas y a decir de los expertos provoca astenia espiritual. La típica de lechuga, vamos. Otra cuestión es que ya llamemos ensalada a cualquier cosa. Ensalada de callos y morrillos de ternera, con guarnición de muslitos de pato, por ejemplo. Eso ya es diferente. Pero lo que es la ensalada en sí, la de lechugas y forrajes varios, es un coñazo que se inventó para entretenernos picando hierba mientras llega el arroz o el lechazo. Un matahambre pensado por algún antiguo cocinero astuto que no sabía qué hacer con las malas hierbas del jardín de su casa, les puso nombres molones (rúcula, brotes de primavera, canónigo y cosas así) y se dedicó a venderles a sus clientes las plantas que no querían comer ni las cabras. Y como suele suceder con las cosas absurdas (mírese si no el éxito de la corbata) la cosa cuajó. Cuajó y fue a más, dándose el curioso caso de que puede uno tranquilamente ir a un restaurante a comer y salir con más hambre de con la que entró. Y dicho esto, me digo a mí mismo que no deja de ser sorprendente lo que acabo de escribir, dado que a mí las ensaladas siempre me han gustado, como demuestra la receta preparada para hoy. Y entonces ¿tendrá algo que ver la dieta a la que insensatamente (y con la vanidosa intención de caber en un traje de baño del año pasado) me estoy sometiendo? No creo.

Ingredientes

  • 1 bote de esos de los de cristal de patatas cocidas
  • 1 calabacín
  • 1 lata pequeña de cebolla frita
  • 1 tarro de cristal de bonito del norte (valdría una lata)
  • Aceite de oliva
  • Mayonesa
  • 2 dientes de ajo
  • Sal
  • Pimienta molida
  • Perejil

Instrucciones

1.

En una sartén con un poco de aceite caliente ponemos los dos dientes de ajo picados y el calabacín cortado en tiras. 

2.

Cuando cojan color, añadimos el contenido de la lata de cebolla (o media cebolla natural picada si nos apetece más), removemos bien y agregamos, digamos, ocho patatas de las de bote, lavadas y troceadas a nuestro gusto. 

3.

Sazonamos con un poco de sal y espolvoreamos con pimienta, que va a darle un toquecillo de sabor muy agradable. 

4.

Removemos, añadimos los tacos de bonito y lo dejamos en el fuego, mezclando bien, un poquito para que se acoplen bien los sabores. 

5.

Sólo queda retirar la sartén del fuego, agregar un par de cucharadas de mayonesa, mezclar y servir en un plato, espolvoreando con perejil.

http://cocinaparaimpostores.blogspot.com

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