García-Escudero asegura que en 2003 devolvió un reloj a Correa
En el sumario figura un apunte de 500 euros a su secretaria
La contabilidad B de la trama de Francisco Correa, una de las bases del caso Gürtel, tenía un gran nivel de detalle. Hasta el punto de que en ella figuran incluso cantidades muy pequeñas. Hay una, de 500 euros, que consta en el sumario como si fuera una entrega en 2003 a la secretaria de Pío García-Escudero, actual portavoz en el Senado del PP y entonces presidente del partido en Madrid, por lo que tenía relación con las empresas de la red, que montaban casi todos los actos.
El apunte, según García-Escudero, podría deberse a un teléfono móvil que le regaló Álvaro Pérez, El Bigotes, cuando estaban organizando la campaña de las municipales y autonómicas de 2003, que coordinó García-Escudero. El miembro de la cúpula del PP sostiene que ese regalo se produjo en el contexto del trabajo, porque se le había estropeado el suyo, y lo engloba en una relación profesional normal.
García-Escudero se relacionaba con El Bigotes directamente, pero también admite que el propio Francisco Correa, el jefe de Álvaro Pérez y máximo responsable de la trama, al final de una comida de trabajo, también en 2003, le dio una bolsa con un regalo. El portavoz en el Senado recuerda que intentó no aceptarlo en ese momento, pero ante la insistencia de Correa se lo llevó a su despacho. Al abrirlo, comprobó que se trataba de un reloj "muy caro, de mucho más de 500 euros", según su propio relato, y decidió que no podía aceptar ese regalo. Por eso cerró el paquete y ordenó a su chófer que lo entregara en las oficinas de Correa, en la calle de Serrano 40 de Madrid. García-Escudero sostiene que no volvió a saber nada de ese regalo.
Correa tenía la costumbre de realizar costosos regalos a prácticamente todas las personas responsables de alguna manera de sus contratos. En el PP, los más veteranos recuerdan perfectamente los carísimos regalos -bolsos, casi siempre de Louis Vuitton, para las mujeres, relojes caros para los hombres- que llegaban a la sede de la calle de Génova cada Navidad.
García-Escudero fue el responsable de varias campañas y sobre todo del PP de Madrid, que contrataba todo con Correa hasta el punto de que el congreso de 2004, en el que Esperanza Aguirre sucedió a García-Escudero al frente del PP de Madrid, también lo organizó la red. Después de 2004 Correa buscó refugio en la Comunidad Valenciana y en el Gobierno de Aguirre, a través de Alberto López Viejo.
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