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"Algún menor muy conflictivo puede ser repatriado en breve"

Mikel Ormazabal

Pregunta. ¿Está actuando en la buena dirección la Diputación en el problema de los menores extranjeros conflictivos?

Respuesta. Es un tema muy complejo. La Diputación lo está haciendo magníficamente bien. Cada institución tiene que poner de su parte para que entre todos logremos solventar esta cuestión. Esta misma semana he visitado varios centros de menores y he comprobado que la Diputación está dedicando un esfuerzo muy importante en garantizar la tutela de estas personas que por ley le corresponde.

P. Pero existe una gran alarma social.

R. Hemos tenido que hacer frente a un incremento muy considerable de llegadas de menores extranjeros con un perfil conflictivo. La Diputación se ha visto obligada a adaptar sus recursos e instalaciones a las nuevas necesidades. Eso se ha hecho bien. También hemos tenido que resolver una cuestión novedosa, como ha sido la atención en un centro de los menores con una problemática especial. Con todo, la gran mayoría de los menores acogidos en nuestros centros están realizando una vida normalizada. Eso quiere decir que están en vías de integración en nuestra sociedad.

"Las plazas en los centros de reforma son insuficientes; hay que ampliarlas"

P. ¿Y esa minoría que está cometiendo delitos?

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R. Es una minoría irreconducible con los medios que nosotros disponemos. Estamos hablando con un grupo que exige una colaboración interinstitucional. Para atajar este problema, propongo dos medidas. La primera sería excepcional, pero estamos hablando de un grupo de personas excepcionales. Para los casos extremos, estamos impulsando la repatriación, y espero que en breve plazo consigamos que se produzca con algún caso especialmente grave. La segunda medida sería mejorar la situación de los centros de reforma. En este momento, uno de los problemas que tenemos es que las plazas son insuficientes y es necesario ampliarlas.

P. ¿Echa en falta la implicación de otras instancias?

R. La Diputación ha dado los pasos pertinentes, pero observo otras necesidades en las que tienen que intervenir otras instituciones, bien sea el Gobierno o el sistema judicial.

P. ¿Le preocupa el efecto electoral de este problema?

R. No me preocupa. Mi verdadera preocupación es que la alarma que se está generando, que es comprensible, pueda acarrear brotes de xenofobia en Guipúzcoa. Se corre el peligro de que, mediante la manipulación, se impongan una serie de valores que están muy lejos de los que distinguen a nuestra sociedad. Guipúzcoa es abierta, integradora, plural. No me gustaría que eso cambiara, pero observo que en momentos puntuales se están dando expresiones que lindan con la xenofobia. Las instituciones tenemos que hacer hincapié en preservar la seguridad de la ciudadanía, pero sin perder de vista que siempre hemos sido una sociedad que ha recibido con los brazos abiertos a la gente de fuera. Porque unos pocos causen problemas, no podemos clasificar a todos los extranjeros por igual. Eso es injusto.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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