BBK tendrá difícil su expansión y el reto inmediato pasa por fortalecerse

Mario Fernández (Bilbao, 1943) dispondrá de un acotado plazo inalterable de tres años, en base a la Ley vasca de Cajas, para marcar su impronta como presidente de BBK, cargo al que accederá el próximo 1 de agosto en sustitución de Xabier de Irala, una vez sea nombrado el 24 de julio miembro del consejo de administración, al que dirigirá desde el 27.

¿Tres años es tiempo suficiente para dejar huella? Todas las fuentes consultadas coinciden que en el caso de Mario Fernández, "por supuesto que sí". Incluso, los más escépticos coinciden en asegurar que "conociendo su personalidad es muy difícil que haya venido simplemente para hacer una transición", aunque es evidente que se trata de un "plazo algo insuficiente para consolidar un proyecto", añaden.

Al nuevo presidente de BBK sólo le quedan tres años para dejar su sello

Antes de tomar posesión de su nueva responsabilidad en una carrera profesional como la suya, curtida por sus actividades en la abogacía, la política y la Universidad, este licenciado en Derecho y Ciencias Económicas por la Universidad de Deusto, sabe que le espera una institución fuerte, que viene haciendo bien los deberes ante la crisis, a la que se supone enrabietada por la fallida fusión de las cajas vascas y que su todavía presidente ha elevado al máximo la ambición para que apueste por la compra de otra entidad lejos de Euskadi.

¿A qué le dará tiempo? En principio, como idea compartida en el sector político y empressarial, todo pasa por "el fortalecimiento" de su cuenta de resultados en estos tiempos de crisis. Hay de hecho quien sitúa los venideros datos del último semestre de este ejercicio como un test de referencia habida cuenta de los malos augurios que provoca la caída de los tipos de interés y que ya está haciendo mella en varias entidades. "Si se repite el 10% del último año, se habría pasado lo peor", señalan medios próximos a la BBK. A esta conquista, alentada por el 5,1% de aumento logrado en el primer semestre, contribuiría, sin duda, la decisión del Banco de España (EL PAÍS, 15 de julio) de rebajar al 50% para cajas y bancos las provisiones necesarias para cubrir créditos hipotecarios morosos de buena calidad.

El cualificdo nivel de solvencia de BBK no admite interpretaciones. Sin embargo, en un análisis global de situación hay quien recuerda que "también durante la trayectoria de

Berroeta fue así".

La sólida musculatura financiera de BBK responde, a criterio de analistas, "al buen resultado de los dos planes directores creados por Irala desde que vino". Como prueba elocuente hay quien destaca "el primero de ellos, que llegó a cumplirse con un año de antelación". Y es aquí donde algunas fuentes consultadas sitúan el sello del actual presidente. "Aunque se va sin haber conseguido su gran objetivo que era la fusión, Irala explicó muy claro lo que quería al llegar y ha tenido un equipo que lo ha aplicado con éxito". Incluso, agregan, superando las situaciones propias de la convivencia diaria.

Ni siquiera la apuesta directa del presidente por Ignacio Sánchez-Asiaín en enero de 2008 como director general, en funciones de consejero delegado, alteró "los vasos comunicantes". Según personas próximas a él, Sánchez-Asiaín nunca "ha opositado" al relevo de Irala "porque es consciente del papel al que vino y se ha adaptado con rapidez". Su juventud (Bilbao, 1962) contrasta con la de la mayoría del resto del equipo directivo, especialmente de Juan Mari Sáenz de Buruaga y Guillermo Ibáñez, dos nítidas referencias de la cúpula de la BBK por su peso específico y su larga vinculación.

Todos ellos esperan con la "lógica curiosidad" el "desembarco" de Mario Fernández, quien no ha esperado siquiera a su toma de posesión para adelantar sus planes. Esta fluidez con los medios informativos, lejos del control de los tiempos exhibido por Irala, pero "propia de quien tiene las ideas muy claras y se sabe en lo cierto", como asegura un abogado que conoce bien al futuro presidente de BBK, no ha dejado de sorprender en su futura casa, acostumbrada a no airear la estrategia de sus planes.

Bien es cierto que tampoco Xabier de Irala (Nueva York, 1947) desaprovechó una de sus últimas comparecencias públicas para dejar el sello de su herencia. Para algunos significados asistentes a la conferencia del todavía presidente de BBK, el pasado mes de junio, organizada por la Fundación Sabino Arana, su contenido llegó a entenderse como "un testamento" de su gestión. Hay quien vio en una parte de la intervención de Irala "un exceso de protagonismo porque la buena situación de la caja no es de ahora", pero la mayoría admite que el conferenciante puso el listón "demasiado alto" cuando sorprendió al auditorio instando a la compra de otra entidad fuera de Euskadi.

Las opiniones sobre este órdago advierten de la "dificultad" que entrañaría una operación de esta magnitud "sobre todo en los momentos que corren".Para abonar su apuesta de futuro, Irala dibujó un escenario con menos cajas de las 45 actuales, donde se conformarían grupos intercomunitarios que elevarían hasta un 4% el tamaño mínimo para su rentabilidad.

Sin embargo, las dudas sobre la viabilidad de esta opción se agolpan "porque ahora se antoja inviable", dice un financiero. De entrada, preocupa en exceso que "las comunidades se van a atrincherar" en la defensa de sus cajas respectivas. Bien es cierto que el Fondo de Reestructuración impulsado por el Gobierno puede contribuir a rebajar este proteccionismo, pero se antoja complicado que, como admite la misma fuente, "el presidente de una comunidad deje que le venga una caja de otro sitio y no pueda mandar sobre la suya". A modo de ejemplo práctico, hay quien entiende "imposible" que "mañana, Montilla [presidente de la Generalitat], ponga buena cara a una propuesta de compra de una caja catalana por parte de la BBK".

En realidad, el anhelo ambicionista de Irala "miraba hacia arriba", como dice un sindicalista, "porque entidades como Caja Burgos o Caja Cantabria no le aportan nada a BBK en estos momentos". Por lo tanto, la opción sería, para un analista, "entrar en operaciones de Champions y eso va para largo porque ahora todavía el peso político tiene más influencia que los propios datos de cada una de las cajas".

Así las cosas, la apuesta de Irala ¿puede interpretarse como un farol? A alguno de los asistentes a su intervención les sonó " a una mezcla entre la desazón que mantiene porque no le ha salido la fusión y a su innata visión de futuro", de la que ya ha dejó constancia, por ejemplo, como presidente de Iberia. Sin embargo, también es fácil encontrar a quien asegura que "sonó a bilbainada, muy propio de quien se marcha, sabiendo que ahí deja el reto anunciado".

Una opción intermedia, que es contemplada en el sector financiero madrileño, podría venir propiciada a corto o medio plazo por la propia solidez financiera de BBK que aconsejería al Banco de España a "animarla" a que "dé el paso" para acometer esa compra de la que habla Irala o, incluso, de su entrada en algún tipo de consorcio.

Desde que conoció la oferta de convertirse en el nuevo presidente de BBK, Mario Fernández ya ha dispuesto del tiempo suficiente para disponer "de una estado de situación". Pero el conocimiento del sector, por el que ha transitado en trabajos profesionales relacionados muy especialmente con el BBVA, le aporta otra ventaja añadida. "Claro que conociéndole, algo tendrá preparado para presentar al consejo", señala uno de sus compañeros de profesión. "Os dará titulares", pronostica seguro.