Una joven pasa tres días secuestrada en un hoyo de un monte de Alicante
Arrestados dos ex militares por la retención de la chica, hija de un empresario
Andrea, una joven de 19 años, se topó el lunes en su camino hacia el colegio para recuperar asignaturas pendientes con dos individuos que le hicieron pasar tres días de infierno, sepultada en un habitáculo de apenas cuatro metros cuadrados. El agujero estaba excavado en la ladera de un monte, en el extrarradio de Alicante. La policía puso un final feliz al cruel cautiverio en la madrugada del jueves.
Los agentes han arrestado a dos hermanos ex militares: Vicente Manuel Cano Moya, que acababa de cumplir 10 años de cárcel por matar su mujer, y José Tomás Moya Cano, ex empleado de Seur, acusados del secuestro de la joven, hija del delegado de la mencionada empresa de mensajería en Alicante. Los captores reclamaban al padre, Ramón Mayo, 300.000 euros en billetes de 50 por su libertad.
El relato del inhumano secuestro comenzó la mañana del lunes, cuando la joven se dirigía en su coche desde el domicilio familiar, en la localidad de San Joant d'Alacant, hasta el Centro de Estudios Básicos Atlas (CEBAT), un colegio privado concertado en la vecina población de Mutxamel. Andrea es estudiante de segundo de Bachillerato y se preparaba para la Selectividad en septiembre.
Previamente, los secuestradores habían pinchado un neumático del coche. Cuando la joven, ya en las inmediaciones del colegio, se apeó para reparar la rueda, fue abordada por los captores. Éstos trasladaron a la chica hasta el monte Bacarot, una zona entre Alicante y Elche. En la cima de un otero, en las proximidades del aeropuerto de L'Altet, habían excavado un agujero de unos cuatro metros cuadros. El nicho estaba camuflado con ramas de árboles, simulando una choza. La víctima sólo comió bocadillos durante su cautiverio.
Los secuestradores metieron a la joven en el hoyo e hicieron una primera llamada al padre alertándole del rapto. "Esté usted tranquilo, no le vamos a hacer nada por ahora. El miércoles volveremos a llamar. Tenga preparados 300.000 euros en billetes de 50. Como llame a la policía, se estropeará todo", le dijo un comunicante anónimo.
El padre advirtió a la policía, que puso en marcha una operación coordinada por agentes de la sección de Secuestros y Extorsiones de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta. La policía verificó que el apresamiento había sido preparado meticulosamente y que la víctima había estado sometida a vigilancias previas. De hecho, los captores intentaron sin éxito ejecutar el secuestro de Andrea el jueves anterior.
Una vez que los investigadores tuvieron suficientes datos de los presuntos autores y sobre la zona en la que pudiera encontrarse la joven, se estableció el dispositivo para liberarla, con ayuda del Grupo de Crimen Organizado de Alicante. Tras acordarse la entrega del rescate con los secuestradores, se puso en marcha el operativo, que resultó complicado por los continuos cambios del punto de entrega del dinero. Al final, se depositó entre unos arbustos, en una rotonda del polígono industrial de Las Atalayas. Un hombre se acercó a recogerlo, momento en el que fue detenido por agentes del GEO. Ante la presencia policial, el segundo raptor huyó, pero finalmente fue apresado.
Los secuestradores habían ejecutado el rapto con conocimientos adquiridos en el Ejército -uno de ellos había sido legionario y el otro miembro del Cuerpo de Operaciones Especiales-. Días antes del secuestro, ambos asaltaron a un conductor al que intimidaron con un subfusil y un cuchillo -ambas armas estaban en el lugar del cautiverio-, y le robaron el dinero y el vehículo con el que realizaron el secuestro. La policía desconoce el origen de la metralleta.
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