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La unión de patronales desata tensión y malestar entre los socios de Fomento

Cima se perfila como representante de la nueva entidad en Cepyme, en Madrid

El nuevo intento de encaje de manos entre las principales patronales catalanas, que busca unificar la voz de los empresarios ante sindicatos y administraciones y que en los últimos años fue misión imposible, no está siendo precisamente un paseíllo. Por mucho que las cúpulas de Fomento del Trabajo y de Pimec, protagonistas del envite, aseguren que las grandes líneas maestras del esperado acuerdo están ya pactadas y que todo es cuestión de cruzar agendas para el bautizo público.

A las patronales territoriales que forman parte de Fomento les ha sentado mal que se negocie una decisión que condiciona su futuro sin contar con su parecer. Con la boca grande, se las oye hablar de "falta de información" y de "confusión" sobre su papel. Con la boca pequeña, la temperatura de la terminología sube unos cuantos grados. Se admite "malestar" y hasta "enfado". Incluso hay quien apuesta a que el final de la historia está aún "por escribir".

Lo que ha trascendido del pacto es que Pimec, voz de pequeñas y medianas empresas, se convertirá en socia integrada en Fomento. Y también que la patronal de las pymes que existe en paralelo en el seno de Fomento, Fepime, desaparecerá. Pero las patronales territoriales de Fomento, que constituyen la base de ésta y tienen mucho peso, están destinadas a integrarse en Pimec.

Josep Antoni Belmonte, presidente de la tarraconense CEPTA, asegura: "estamos desinformados pese a que las patronales territoriales somos las que tenemos más que decir sobre este asunto. Necesitamos explicaciones". "Nosotros tampoco sabemos gran cosa sobre el proyecto, más allá de una idea general, porque no ha habido una explicación oficial", corroboran fuentes de la gerundense FOEG, con Jordi Comas al frente. La ilerdense COELL, que preside Joan Simó, coincide con los demás en que todo el mundo "comparte una voluntad implícita de acuerdo". "Pero hace falta saber cómo se concreta. No es lo mismo ponernos bajo el paraguas de Pimec, un mero cambio de nombre, que una auténtica integración. ¡Nosotros tenemos 60 gremios y un puñado de federaciones a quien consultárselo!", apunta su secretario general, Estanis Felip. La vallesana Cecot, que preside Antoni Abad, declina valorar la forma y el fondo del proceso. Durante años estuvo presidida por un hombre de la casa, el hoy presidente de Fepime y vicepresidente de Fomento, Eusebi Cima, al tanto de las negociaciones. No está al 100% cerrado, pero el futuro de Cima se perfila en Madrid, como representante de Fomento y Pimec en la Cepyme, que es la patronal de las pequeñas y medianas empresas de la CEOE.

De manera informal, las pinceladas del acuerdo fueron expuestas a las territoriales por Joan Pujol, secretario general de Fomento, el pasado martes. Y el próximo lunes, las territoriales tendrán ocasión de formular más preguntas en la reunión prevista de la ejecutiva de Fepime. Los cálculos de Fomento pasan por que, tras este proceso de explicaciones de esta discreta negociación, el proyecto pueda pasar por una junta extraordinaria en la última semana de julio. Eso, si nada se enreda.

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