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El Consistorio amenaza con cerrar el hipódromo

Carece de licencia de funcionamiento y no puede celebrar bodas ni fiestas

Daniel Verdú

Desde su reapertura hace cuatro años, el Hipódromo de la Zarzuela ha ofrecido carreras y copas en sus terrazas sin licencia de funcionamiento. Algo que, teniendo en cuenta que el 60% de locales de ocio que ha inspeccionado el Ayuntamiento en el último año carecen de ella, sería sólo una gota en un mar de infracciones. Sin embargo, y tras varios intentos de legalizar la situación por parte de la gestora, la Concejalía de Urbanismo, que dirige Pilar Martínez, emitió el pasado 17 de junio una orden de cese de actividad, a raíz de la denuncia de un particular. O lo cierran ya, señala el documento, o se "precintarán las instalaciones". Pese a ello, ayer por la noche el recinto -carreras de caballos y discoteca- funcionó con toda normalidad.

Ayer por la noche el recinto acogió carreras de caballos y discoteca

Los problemas detectados por el Ayuntamiento, además de que la instalación carece de licencia, son varios. El primero apunta directamente a la terraza-discoteca que desde hace tiempo se instala en el jardín del hipódromo al término de las carreras nocturnas. Las fiestas, pobladas de adolescentes, copas y música, tienen un éxito absoluto en verano. Pero según el expediente al que ha tenido acceso este periódico, "no se permite dicho uso". También funciona el hipódromo como espacio para celebrar bodas y banquetes (la propia web lo reseña), pero tampoco consta esa actividad en la licencia que solicitaron, y se denuncia en el informe.

Para todo ello, alega un portavoz del hipódromo, "se ha solicitado ya licencia y se está tramitando, pero no tenemos noticia, hasta la fecha, de la orden de cese", insistió el representante de la gestora, que aseguró que se están siguiendo los pasos pactados con el Ayuntamiento para legalizar la situación. Hasta hace poco, el recinto ha funcionando con prórrogas provisionales.

Además, debido a las lentas obras de reforma que se hacen en el lugar, desde hace cuatro años se han instalado gradas móviles y carpas para acomodar al público. El graderío y la cubierta original diseñada por el ingeniero Eduardo Torroja se están rehabilitando todavía y parece que van para largo. Pero la licencia para dichos elementos provisionales ha expirado ya y el Ayuntamiento no ha concedido ninguna otra prórroga a la empresa pública que gestiona el espacio propiedad de Patrimonio Nacional.

La orden redactada por los funcionarios de Urbanismo no deja lugar a interpretaciones sobre el procedimiento que debe seguir ahora la empresa gestora: "De no acatar la presente orden de cese de actividad se procederá al precintado de las instalaciones y a la retirada de los materiales y de la maquinaria". Es decir, que esta noche ya se estaría infringiendo la orden municipal redactada desde la Concejalía de Urbanismo.

Pero el Ayuntamiento de Madrid, al margen del criterio seguido por sus técnicos, considera que el hipódromo puede seguir abierto, recurrir e incluso obtener la legalización de su situación a través de la licencia que ya ha solicitado. Por tanto, de momento, no tiene ninguna intención de precintar el local, como señalan sus funcionarios.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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