Las cajas podrán bloquear la venta de la Autopista del Atlántico
Caixa Galicia y Caixanova podrán bloquear el traspaso de la concesionaria
Las cajas gallegas entran en Itínere para mandar. La operación de compra del 22,8% del capital de la sociedad propietaria de la concesionaria de la Autopista del Atlántico (Audasa), que comenzó ayer y se materializará a finales de septiembre, supondrá un desembolso conjunto de 400 millones de euros. Una cláusula permitirá a Caixa Galicia y Caixanova tener un poder de decisión sobre el futuro de la principal vía de peaje gallega, la AP-9, que irá más allá de su peso accionarial. Y será así gracias a los acuerdos firmados a varias bandas entre el fondo norteamericano Citi, que controla el 62,7% de Itínere; Sacyr, vendedor del paquete que ahora asumen ambas entidades gallegas; otros accionistas minoritarios, como la BBK, y compañeros de viaje como Cajastur, que se hará con un 5% de la compañía.
Las entidades financieras pagarán 400 millones por el 23% de Itínere
El pacto entre socios cerrado a última hora del pasado martes, establece que el fondo norteamericano se compromete con los nuevos accionistas, bajo determinados parámetros, a no vender activos de Itínere o alguna de sus filiales. Sólo podrá hacerlo si esos activos no representan un porcentaje igual o superior al 20% de la compañía, con especial mención a Audasa y Aucalsa, esta última gestora de la autopista astur-leonesa.
Como segundos accionistas de Itínere, la suma de la participación de las tres entidades de ahorro (Caixa Galicia, Caixanova y Cajastur controlarán un 28%) permite establecer mecanismos de bloqueo ante eventuales ventas. Se pacta incluso la elección de un "experto independiente" entre los accionistas minoritarios, de entre tres que pueda llegar a proponer Citi, para intervenir en caso de que se plantee una oferta de compra para proceder a su valoración.
En esta línea, otro de los acuerdos cerrados establece que, en caso de que Citi decida finalmente vender Itínere, las cajas puedan dejar sin efecto los pactos de permanencia en el capital, que se prolongarán, inicialmente, hasta el 31 de diciembre de 2013 y que, incluso, se respete su participación actual en caso de una enajenación futura. "No se podrá imponer al socio minoritario", dice una de las cláusulas, "la transmisión de ninguna parte de su participación en Itínere que la haga descender por debajo del 5%".
Dar forma al contrato de compraventa ha sido uno de los asuntos que más tiempo ha llevado a los negociadores. Hasta tal punto que en otras de las cláusulas del acuerdo se aborda también el futuro de las propias cajas, un asunto delicado en el escenario financiero actual. Los cambios de control de los accionistas minoritarios permitirán a Citi ejercitar opciones de compra por sus respectivos paquetes accionariales. De hecho, el contrato establece que dentro de esos "cambios de control" no pueda "considerarse el supuesto de fusión o integración entre cajas de ahorros".
El acuerdo sellado en la madrugada del martes se materializa, inicialmente, mediante la compra por cada una de las cajas gallegas del 6,96% de las acciones de la actual Itínere, con un desembolso conjunto de 400 millones de euros. Tras un proceso de fusión y venta de activos pactado entre Citi y Sacyr, sus actuales dueños, la compañía se transformará en una nueva Itínere, donde la participación de Caixa Galicia y Caixanova se situará, respectivamente, en un 11,4%.
Según anunciaron ayer las propias cajas, se prevé que el proceso de fusiones y transformación de Itínere actualmente en curso concluya en octubre. Cada una de las dos entidades gallegas tendrá un miembro en el consejo de administración de la compañía matriz y también de sus filiales gallegas. Y es que el acuerdo incorpora Autoestradas de Galicia (las vías que unen A Coruña y Carballo, y Vigo y Baiona), así como la participación que hasta ahora tenía Sacyr en la Autopista Central Gallega, entre Santiago y Alto de Santo Domingo. La adquisición incluye la concesión de 621 kilómetros de autopistas en España, de los que 333 kilómetros discurren por territorio gallego. El período medio estimado de las concesiones es de 36 años.
Caixa Galicia y Caixanova, que se mantienen en el accionariado de Sacyr, vuelven al capital de una empresa de la que ya habían sido partícipes tras el proceso de privatización de la Empresa Nacional de Autopistas (ENA), propietaria original de la AP-9.
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