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Al compás de Tabakalera

El centro cultural abre su edificio a doce artistas sonoros antes de su gran transformación - La muestra interactúa con el espectador

Cada habitación esconde su propia melodía, recordó ayer el artista Xabier Erkizia citando a Alvin Lucier. Y un edificio tan emblemático como Tabakalera se merece sacar a la luz todos los espacios sonoros que contiene antes de su gran transformación, que empezará a finales de año y cuyas obras terminarán previsiblemente en 2013. Un total de doce artistas internacionales y locales proponen, a partir de hoy y hasta el 27 de septiembre, una nueva manera de leer y descubrir el edificio a través del sonido.

Las propuestas de Tabakalera Suena, proyecto ideado y dirigido por el propio Erkizia, tienen como punto de partida el estudio y la experimentación del sonido, según explicaron los responsables de centro cultural. Busca crear un triángulo de sensaciones y sonidos en la interación entre obras, visitantes y el propio edificio. El suizo Pe Lang, por ejemplo, recurrió a las taquillas del comedor como lugar de aterrizaje para 100.000 esferas de metal que van cayendo aleatoriamente desde 12 máquinas dispensadoras. Las taquillas tienen detrás una historia, explica el autor de la obra (Falling Objects: One), que no escondió el entusiasmo que sentía al intentar imaginar la vida que escondía cada una de estas pequeñas cajas donde los trabajadores guardaban sus utensilios de comida.

Las estanterías del viejo almacén de tabaco vibran al detectar los pasos del visitante
Algunas de las salas se abrirán por primera vez al público

En el antiguo almacén de tabaco donde se apilaban las cajas de Ducados, el británico Will Schrimshaw instaló detectores de movimiento y sonido que hacen temblar las estanterías metálicas cuando detectan que los pasos del visitante perturban el silencio de la sala.

Los franceses de °Sone, por su parte, quisieron hacer de las ventanas, puertas y paredes de la habitación como membranas de altavoces. Este grupo de artistas franceses suele abundar en las relaciones entre arquitectura y sonido para sustraer del binomio la "música" que guardan las construcciones humanas. El espectador podrá sentir las vibraciones al pegar la oreja en cualquiera de las obras.

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"He querido simular el laberinto del oído con materiales simples", explicaba el italiano Marcello Liberato, encargado de la transición entre la planta baja y el primer piso del edificio. Quien se acerque podrá abrirse camino entre materiales rescatados y reciclados de instalaciones anteriores.

En la obra H.D.H, del pamplonés Patxi Araujo, también profesor de Bellas Artes en la UPV, el público contemplará una enorme sala a oscuras donde se proyecta algo así como un mar electrónico que también interactúa con el espectador.

Algunas de las salas se abrirán por primera vez al público. Además, la exposición ofrecerá también dos conciertos, uno de la mano de Francisco López, figura internacional del arte sonoro y la música experimental, según Tabakalera, y otro de Charlemagne Palestine.

Un espectador contempla la obra<b><i> Falling Objects: One </b></i>del artista suizo Pe Lang.
Un espectador contempla la obra Falling Objects: One del artista suizo Pe Lang.JAVIER HERNÁNDEZ

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