Manifestación racista por la muerte de un joven en Sitges
Un centenar de amigos de la víctima llenan la ciudad de carteles xenófobos
Por la seguridad ciudadana. Expulsión delincuentes extranjeros. Con ese eslogan se manifestaron ayer un centenar de jóvenes por las calles de Sitges (Barcelona), un centro de veraneo célebre por su liberalidad -este pueblo costero es un polo de atracción de turistas gays-. Los manifestantes marcharon en recuerdo de Joel Rodríguez, un chaval de 20 años recién cumplidos que murió anteayer de una puñalada en el corazón durante una reyerta.
Los atacantes, que la policía catalana ya ha detenido, fueron tres españoles y un dominicano. No importó ese detalle a los manifestantes, que dejaron tras de sí pintadas como Y luego se preguntan por qué somos racistas, Basta de democracias, o 60 años atrás esto no hubiera sucedido. Uno de ellos llegó a encararse a un turista extranjero que, molesto por su contenido xenófobo, descolgó uno de los carteles que convocaba a la manifestación y con los que los jóvenes habían empapelado el núcleo histórico de la ciudad. El Ayuntamiento, que declaró un día de luto por el crimen, no los había descolgado al inicio de la marcha, que no fue convocada oficialmente.
"Si empiezan a quejarse de los extranjeros, tendremos guerra", se preocupaba una vendedora de helados que trabaja y vive justo enfrente del lugar en el que murió Joel. Fue al cabo de la calle conocida como del Pecado, en la que las cafeterías se mezclan con discotecas y locales de ambiente. Ayer, en ese lugar, los amigos desolados de Joel colocaron velas y flores que observaban, sorprendidos, los turistas en bermudas.
Sorprendida estaba también la heladera, y muchos comerciantes y vecinos, que no recordaban un crimen similar en el pueblo. Y una frutera estaba asustada: había sufrido amenazas de amigos de la víctima por haber preguntado, la tarde del crimen, cuándo se levantaría el cerco policial que incluía su tienda.
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