La Sirenita quiere conocer China
El símbolo de la ciudad será la estrella de la Expo de Shanghai en 2010. Una visita este verano para verla en el muelle de Langelinie abre las puertas de la capital danesa, rebosante de diseño y vitalidad
Copenhague es una ciudad para todos los gustos. Hay edificios vanguardistas, puro diseño, que conviven con la arquitectura tradicional de palacios y casitas de colores. Ordenada y limpia, no hay grandes aglomeraciones de tráfico, ni ruidos estridentes. Pero sí diversión nocturna en discotecas y locales de jazz.
09.00 Desayuno con salmón
En la misma oficina de turismo (Vesterbrogade, 4A; www.visitcopenhagen.com), cerca de la Estación Central de trenes (1) (tres paradas desde el aeropuerto de Kastrup), podemos empezar el día con un desayuno reconstituyente: rebanadas de pan de centeno (ruegbroed), o de pepitas de girasol, o de harina ecológica, cubiertas de arenque o salmón, muffins y dulces como el conocido wienerbroed (azúcar, mantequilla y canela). Una vez fuera, mientras hacemos los primeros cálculos y comprobamos que desayunar en Dinamarca no es más caro que en España, un griterío de emoción quiebra el silencio: justo enfrente se encuentra el Tívoli - B (www.tivoli.dk; precio de entrada para adultos, 11,40; niños, 6 euros), espectacular parque de atracciones -uno de los más antiguos de Europa, abierto a mediados del siglo XIX-, con restaurantes, teatros, salas de conciertos (el 8 de julio actuará, por ejempo, James Taylor) y espectáculos.
10.00 Un huevo de diseño
No muy lejos de ahí está el SAS Royal Hotel (3) (Hammerichsgade, 1; www.radissonblu.com; la doble desde unos 187 euros), proyectado por el arquitecto danés Arne Jacobsen (1902-1971) para las líneas aéreas escandinavas (SAS), entre 1956 y 1960. Además de firmar el edificio, Jacobsen diseñó todo el interior: muebles, accesorios ligeros, alfombras, la cuchillería, las manijas de la puerta, los relojes, las lámparas e incluso los ceniceros de cerámica (lamentablemente, el diseño interior fue modificado hace unos años, pero queda una habitación de las originales). De entre ellos, destacar la lámpara AJ o los sillones Huevo o Cisne (para diseño danés actual: Danish Design Centre, en HC Andersens Boulevard, 27).
11.00 Café ilustrado
Boletín
Y dejando atrás el edificio del Ayuntamiento, tomamos la Stroget - (4), calle peatonal de casi dos kilómetros entre Radhuspladsen y Kongens Nytorv (5). Constituye el eje fundamental del centro de Copenhague, lugar ideal para hacer compras, con todo tipo de tiendas, restaurantes exóticos y músicos ambulantes. Recomendamos hacer un descanso en el Royal Café (6) (Amagertorv, 6; www.theroyalcafe.dk), curiosísimo local que hace las veces de boutique y museo, con decoración kitsch de paredes y techos pintados de colores cálidos, donde se exponen para la venta todo tipo de objetos, desde collares hasta ropa de niño hecha a mano. Otro café recomendable, de estilo art déco, es el Norden Café (7) (Ostergade, 61), donde se puede tomar un té en la terraza acompañado por un smoerebrod, un bocadillo abierto. Si nos sentamos en una terraza, es mejor taparse con una manta (todas las terrazas las ofrecen en Copenhague).
12.30 Una escalera que levita
Antes de parar a comer, no muy lejos de la Stroget, una visita rápida a lo que las guías de turismo apenas le dedican varias líneas, a pesar de su interés: el Danmarks Nationalbank (8) (Banco Nacional Danés; Havnegade, 5), otra de las impresionantes obras de Arne Jacobsen. Se trata de un edificio de piedra gris en forma de paralelepípedo, con aberturas verticales hendidas sobre un zócalo pétreo de gran desarrollo. El visitante español se dará cuenta de que esa fachada herméticamente cerrada le recuerda algo: algunos de los edificios de El Corte Inglés claramente están inspirados en este peculiar banco. El acceso no está permitido, pero se puede visitar el vestíbulo, donde está lo mejor: la escalera exenta, que cuelga del techo con la levedad de un papel plegado.
13.30 Los colores de Nyhavn
Desde ahí se puede ir a almorzar a una de las terrazas del Nyhavn (9) (puerto nuevo), jalonado por las típicas casas con fachadas de colores (algunas datan de 1681), donde atracan veleros y barcos de madera. Construido a finales del siglo XVII como un canal que permitía el acceso directo al mar, con el tiempo se convirtió en el barrio de los pescadores y marineros, y más adelante en un lugar de mala fama, con tabernas y sex shops. Hoy en día nada queda de eso y de hecho es una de las zonas más exclusivas.
15.00 ¿El palacio de las 'Danish cookies'?
Hasta las 17.00 tenemos tiempo para visitar el Rosenborg Slot (10) (www.rosenborgslot.dk; de 11.00 a 16.00; entre junio y agosto, de 10.00 a 17.00; 9,40 euros), hermoso palacio de estilo renacimiento holandés construido por Christian IV entre 1606 y 1615, y que por el estilo y las torres cuadrangulares con aguja de cobre bien podría estar en cualquiera de las tapas de las cajas de galletas danesas.
Un plan de tarde alternativo podría llevar a uno de los dos excelentes museos de arte contemporáneo a las afueras de Copenhague: el Louisiana (www.louisiana.dk; en Humlebaek), con su jardín de esculturas (y que ofrece este verano una exposición sobre arquitectura ecológica), y el Arken (www.arken.dk; en Ishoj). Por último, un plan museístico para toda la familia: el nuevo museo industrial Brede Vaerk (www.natmus.dk; en Kongens Lyngby).
17.30 Se va a Shanghai
Para quienes se quedaron en el centro de la ciudad, lo más recomendable -aunque sea un tópico- es un paseo en barco por los canales (www.canaltours.com). Hay varias paradas (Nyhavn o Gamel Strand, por ejemplo) y en una hora se tiene el perfil de la ciudad con los monumentos y edificios representativos que aún no se han podido ver: la Ópera (11), proyectada por Henning Larsen e inaugurada en el 2005, enfrentada al Castillo Amalienborg (residencia de la familia real); la Biblioteca Nacional (12), con una ampliación de la década de los noventa conocida como el Diamante Negro, o la famosa estatua de la Sirenita (13) (muelle de Langelinie), que representa el cuento del escritor Hans Christian Andersen y que se ha convertido en el símbolo de la ciudad (en abril viajará durante unos seis meses hasta Shanghai para la Expo 2010).
19.30 Cena ecológica
Copenhague es la séptima ciudad europea en número de locales galardonados con estrellas Michelin (tiene las mismas que Roma, Madrid o Bruselas, y más que Estocolmo u Oslo). De las 12 estrellas, dos recaen en René Redzepi y su famoso restaurante Noma (www.noma.dk). La gastronomía danesa (www.danskerestauranter.dk) tiene mucho más que ofrecer de lo que tópicamente parece. Por todas partes hay comercios de delicatessen, restaurantes de sushi y vinotecas. Pero lo que más parece estar de moda es la comida orgánica o ecológica con hortalizas, lácteos o carnes de granjas artesanales. La noche puede terminar en el Icebar (14) (www.icebarcph.com; Løngangstræde, 27; entrada 20 euros), donde hasta las copas son de agua congelada.
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