Enseñar el periodismo
Decanos de escuelas de periodismo de varios puntos del mundo se reunieron en París el 19 de junio. Llegaron de China, Hong Kong, África del Sur, Chile, España, Suiza, Dinamarca, el Reino Unido y Estados Unidos.
La visión del futuro del periodismo, necesaria para centrar el debate, fue dada por Charlie Beckett, director de Polis, el centro de investigación sobre periodismo de la London School of Economics. Retomó la fórmula ya conocida del periodismo en red: los medios deben abrirse y enlazar con los ciudadanos. La participación pública se debe dar "en todos los aspectos del periodismo". Implica pasar "de crear productos a facilitar procesos". A pesar de algunas innovaciones interesantes, considera que "ha habido un fallo colectivo de imaginación y una renuencia a entender la magnitud de lo que está pasando".
Las respuestas a un cuestionario mandado de antemano por los organizadores fueron particularmente reveladoras. Todos, o casi, estuvieron de acuerdo en que un profesor enseña mejor que Google y en que es positivo exponer a los estudiantes a lo que pasa en otros países.
Más interesantes (y preocupantes) fueron los desacuerdos y las resultantes mayorías sobre dos de los temas más importantes en la formación de los periodistas de hoy: siete de ellos están a favor de dar cursos de management y nueve en contra; cinco a favor de enseñar lenguajes computacionales y 11 en contra. Abogan por cierta evolución, pero cuando se menciona el interés de Twitter (la conferencia coincidió con la crisis poselectoral iraní), siempre surge una voz para insistir sobre la necesidad de enseñar los valores básicos del periodismo.
Anton Harber, de la Universidad de Witwatersrand, en África del Sur, fue el único que pronunció la palabra móvil en todo el día, el único que tiene un curso sobre esta tecnología. En el otro lado, Fritz Cropp, de la Universidad de Misuri, afirma: "Cuando los estudiantes llegan ya saben usar cámaras digitales, teléfonos móviles... pero no podemos olvidarnos de la formación periodística tradicional".
Eric Scherer, de la Agencia France Presse, y Frédéric Filloux, de MondayNote.com, mencionaron la necesidad de prestar atención a la noción de complejidad, pero Cropp cortó la discusión al afirmar: "Lo más complejo para nosotros es nuestra historia". Fascinante confrontación de experiencias heterogéneas.
Otro ejemplo del peso del pasado fue la discusión sobre la especialización (si tiene que ser por tema: cultura, política o medio ambiente, o por medio: radio, televisión o prensa escrita). Los argumentos esgrimidos eran válidos, pero el reto fundamental radica menos en el contenido de lo que se enseña que en la manera de enseñar. Ya no basta abrir cursos multimedia y de periodismo online. Todos parecían aceptar que el periodismo es cada vez más una conversación (una lugar común), pero no se mencionó que la enseñanza también puede ser llevada como una conversación, lo que lleva a la cuestión de los profesores.
Andrés Azocar, de la Universidad Diego Portales de Chile, la planteó de manera muy clara cuando preguntó si hay que enseñar "los fundamentos del periodismo o los fundamentos del cambio". No resulta nada fácil, porque, según él, "tenemos estudiantes Google con profesores Atari", años luz de conocimiento informático y social los separa. Una apreciación compartida por Beckett: "Debemos reconfigurar nuestros propios esquemas [los del profesorado de periodismo], los que nos sirven para entender cómo funcionan los medios".
"Es imposible mostrarle a un estudiante la tecnología que utilizará en su primer empleo por la sencilla razón de que todavía no existe", afirmó el periodista y consultor Jean-François Fogel. Aún peor si imaginamos las dificultades que encontrará dentro de 20 años, cuando tenga responsabilidades.
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