Un animal de sólo tres milímetros da la respuesta
Tras dos semanas tomando muestras, los científicos que participan en el proyecto europeo de cambios bruscos en el Ártico (procedentes de 11 países, España entre ellos) dedicarán ahora otras tres a realizar con las muestras experimentos de aumento de la temperatura controlada (hasta nueve grados centígrados) para entender el funcionamiento de los ecosistemas de estas frías aguas.
Un organismo clave que ha condicionado en gran medida la campaña, por la dificultad que ha entrañado la captura de suficientes ejemplares, es el Calanus glacialis, un tipo de zooplancton ártico. Es un microorganismo de unos tres milímetros de largo en su edad adulta, vive un año -a cero grados centígrados- en las aguas de la plataforma continental del Ártico, se alimenta de fitoplancton y es a su vez la base alimenticia de otras muchas especies. Su ciclo reproductor, su alimentación y su supervivencia en condiciones de forzamiento térmico son indicadores determinantes que ayudarán a los científicos a vislumbrar el futuro de estos ecosistemas. "Vamos a estudiar cómo reacciona este zooplancton ártico al calentamiento, en experimentos controlados a diferentes temperaturas, y a ver cómo varía su consumo alimenticio, producción de huevos y supervivencia, a cero grados centígrados, 2,5, 5, 7,5 y 10 grados", explica la rusa Arashkevich, del Instituto Shirshov de Oceanografía (Moscú).
Ciclos del plancton
Para saber qué puede pasar con los ecosistemas de estas aguas frías, poco conocidos aún, los científicos se centran en los ciclos del plancton, el metabolismo de los microorganismos, los parámetros de la cadena de alimentos o los flujos de carbono en la columna de agua, que pueden cambiar -incluso radicalmente- con el aumento de la temperatura del agua y la retirada de los hielos.
La caracterización genética del fitoplancton (fuente primaria de alimentación de muchas especies, incluida la C. glacialis) y su reacción a la temperatura del agua es otra de las líneas de investigación del proyecto. Los biólogos del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Mallorca) y del Instituto de Ciencias de Mar (Barcelona) a bordo del Jan Mayen se han centrado en el estudio del metabolismo de comunidades de plancton (cómo varía su producción y respiración, lo que significa su captación o emisión de dióxido de carbono), en los efectos del aumento de temperatura en los virus marinos o el consumo alimenticio de otros microorganismos.
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