San Mamés, el nuevo campo de batalla
José Luis Bilbao quiere convertir la financiación del estadio en otro frente en su oposición al 'lehendakari' - El PSE no ve prioritario el proyecto en plena crisis
Todavía no ha sido colocada la primera piedra, pero un intenso partido se juega ya en el futuro campo de San Mamés, un estadio cinco estrellas de 53.000 asientos y 175 millones de euros de inversión cuya inauguración está prevista, en el más optimista (y poco realista) de los casos, para el verano de 2014. Los contendientes son conocidos. De un lado, José Luis Bilbao, diputado general de Vizcaya y, tras el 1-M, principal ariete de la oposición para un PNV que carece aún de un crack mediático tras el adiós de Juan José Ibarretxe. Del otro, el lehendakari, Patxi López, sometido por los nacionalistas a una presión total desde el pitido inicial: ni cien días de cortesía, ni 90 minutos de respiro. Bilbao, agresivo, ataca; López, observador, defiende. En juego, un material altamente sensible en Vizcaya, el feudo del PNV: el Athletic.
Pastor: "Este país tiene demandas más urgentes que la sede de un ente privado"
4 de junio de 2009. López recibe a Bilbao en Ajuria Enea y el diputado general escenifica su condición de líder opositor: le anuncia que Vizcaya dejará de pagar los 890 millones de euros comprometidos para financiar la ampliación del metro bilbaíno, órdago del que días después el propio presidente peneuvista, Iñigo Urkullu, dio marcha atrás. No contento con ello, el diputado general exigió a López 100 millones de euros para la ampliación del Museo Guggenheim en Urdaibai y 55 más para el estadio del Athletic.
"Que Lakua financie San Mamés no es una reivindicación nueva. El anterior Gobierno ya tenía la propuesta sobre la mesa, y el PNV la recogió en su programa electoral", alegan fuentes de la Diputación vizcaína. Cierto, tanto como que nunca antes de la llegada del PSE a Ajuria Enea había plasmado Bilbao sus pretensiones en una cifra: 55 millones. "Sí lo hizo, pero entonces no trascendió a la luz pública", replican las citadas fuentes, lo que refuerza la convicción socialista de que la publicitación expresa de su demanda sólo persigue someter al nuevo Ejecutivo al desgaste propio de los asuntos simbólicos y sensibles.
El Gobierno de Ibarretxe siempre reaccionó con frialdad a los emplazamientos que le hacían sus correligionarios vizcaínos para que se incorporase, previa aportación económica, a San Mamés Barria, la sociedad integrada por el Athletic, la BBK y la Diputación que construirá y explotará el estadio. En enero de 2007, Miren Azkarate, entonces portavoz y titular de Cultura del Gabinete, descartaba la implicación de éste si San Mamés "se limita a ser un campo de fútbol. Si hay usos públicos, acogiendo a sedes locales u otro tipo de instalaciones, como Anoeta o Mendizorroza, entonces sí estaremos". El proyecto actual no prevé ninguna de esas opciones, sino tiendas, restaurantes, cafeterías, gimnasios, un museo,...
El PSE no ha cursado aún una respuesta oficial a Bilbao, lo que no significa que no la tenga. "Este país, y más en los tiempos que corren, tiene prioridades y necesidades más urgentes que la instalación privada de una entidad privada", recalca José Antonio Pastor, portavoz parlamentario socialista. "Habría que recordar al PNV que hemos heredado un déficit de más de mil millones de euros. Este Gobierno tiene otras prioridades, como reforzar la cobertura social de los vascos. Si hemos hecho encaje de bolillos para no suprimir 20 millones de euros en materia social, ¿cómo vamos a destinar 55 millones a un campo de fútbol? Es de locos. El nuevo San Mamés no es prioritario", zanja Pastor. "Si en un par de años la situación económica fuese otra, el Gobierno vasco estudiaría su implicación", remata.
Un destacado dirigente socialista anticipa un escenario "no inminente, pero sí cercano". Apostado en su trinchera vizcaína, el PNV volcará toda su artillería en imputar a López el retraso del nuevo San Mamés, un proyecto que arrastra ya una demora de más de dos años. La necesidad de impulsar una estrategia así se antoja más necesaria cuando el PSE se ha anotado dos tantos de sonora repercusión en Bilbao: la paralización de los rellenos del canal de Deusto y la retirada del tranvía de Rekalde, demandas unánimes en los distritos afectados.
"Si se confirma, reprocharemos al Gobierno vasco su no implicación en un proyecto generador de empleo y actividad económica, pero no utilizaremos al Athletic como arma arrojadiza", aseguran desde Sabin Etxea.
Tras su reunión con López, Bilbao garantizó que San Mamés y el museo de Urdaibai "se harán en cualquier caso porque son estratégicos y necesarios para Vizcaya". "Nadie nos ha mostrado aún un estudio que avale la potencialidad del campo como generador de empleo y riqueza. No existe. Bilbao se limitó a presentar unas notas. Y unas exigencias, claro", sostienen fuentes del Ejecutivo.
"Habrá batalla, porque en plena crisis veo complicado que el nuevo San Mamés salga adelante sin la aportación del Gobierno vasco", prevé Pastor. "Pero si ésa es toda la oposición que nos va a plantear el PNV, estamos tranquilos, convencidos de que la ciudadanía comparte las prioridades de su Gobierno y de Patxi López", concluye.
¿Quién pone los 175 millones?
Han pasado dos años desde su presentación y del nuevo San Mamés se sabe que la crisis le ha comido 5.000 asientos para dejar su aforo en 53.000 espectadores, como ya adelantó EL PAÍS en abril, y que costará 175 millones de euros en el supuesto, poco probable, de que su construcción arranque después del verano. Si así fuese, el estadio estaría acabado para el verano de 2014. Pero se desconoce un asunto angular: quién lo pagará y en qué medida.
Será la sociedad San Mamés Barria, hoy integrada por el Athletic, la BBK y la Diputación vizcaína, la que financie, construya y explote el campo, pero la cantidad que aportará cada socio aún está por definir. Dependerá de que el Gobierno vasco entre o no en ella. El Ayuntamiento de Bilbao ingresará en la sociedad aportando entre 10 y 15 millones por la condonación de tasas e impuestos.
La pasada semana, El Correo publicó unas cifras de financiación que la Diputación, la BBK y el Gobierno desautorizan. Dicha información señalaba que el Athletic aportaría de 25 a 40 millones y la BBK pondría más dinero que la Diputación. "No estamos dispuestos", recalcan desde la caja.
El plan financiero no está aún redactado, pero, según fuentes forales, recogerá que la Diputación, la BBK y el Gobierno aporten la misma cantidad: 55 millones. Los 10 millones restantes los pagará el Athletic, que ya cedió terreno por valor de 17 millones. "Esas cifras se parecen mucho más a las que José Luis Bilbao presentó al lehendakari", confirman fuentes del Ejecutivo.
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