_
_
_
_
Editorial:Editorial
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una crisis recurrente

La crisis del turismo es una serpiente de verano, valga la redundancia. Cada mes de junio, julio a más tardar, caen informes, estadísticas y valoraciones pesimistas sobre la salud del mercado turístico español, al que invariablemente se echa en cara la excesiva dependencia del sol y playa, la vetustez de las infraestructuras turísticas, la incomodidad del enladrillado costero y la pereza con que se ponen en marcha soluciones imaginativas -lo eran cuando se propusieron por primera vez- como el turismo de calidad, montaña, cultura y parques naturales. Todos los diagnósticos son ciertos, casi todos son antiguos y, desgraciadamente, han servido de muy poco. Cierto que el turismo distinto -cultura, museos, gastronomía- gana adeptos, pero muy lentamente. Y, mientras tanto, el macizo del mercado turístico español, que aporta unos ingresos anuales a la economía española de unos 40.000 millones de euros, sigue perdiendo clientes, las pernoctaciones disminuyen y el desembolso por visitante se desploma. Este año, la amenaza de crisis es más acuciante porque la recesión económica reduce en primera instancia los gastos de ocio, viajes y vacaciones. Nuestros visitantes más fiables y numerosos, británicos, alemanes y franceses, atraviesan por una desaceleración económica profunda que merma su capacidad para irse de vacaciones. En consecuencia, no es de extrañar la drástica caída del número de visitantes, el 12% hasta el mes de mayo, y que ya se contabilicen doce meses seguidos de descensos.

En el análisis de la crisis turística hay que distinguir pues dos circunstancias. La primera es que la demanda de servicios de turismo es función directa de la renta y ésta está cayendo de forma sostenida en toda Europa y en Estados Unidos. La demanda turística está cayendo en todo el mundo. La coyuntura puede cambiar y de hecho es muy probable que lo haga una vez que la actividad económica en Francia, Reino Unido y Alemania se recupere. Pero, al mismo tiempo, el turismo está sujeto a un cambio estructural, de modelo de negocio, al que los agentes económicos españoles no están dando respuestas acertadas ni rápidas. La masificación de los servicios y el cementado del litoral provocan rechazo frente a la calidad medioambiental de otros destinos; y no se tienen en cuenta los cambios de hábitos, como el hecho comprobado de que ya no se viaja un mes entero a un solo lugar, sino que se fragmentan los días y los destinos; Internet está mermando la importancia de los touroperadores, puesto que los viajeros pueden elegir en el último momento la oferta de transporte y alojamiento más conveniente.

Es un lugar común que el turismo español necesita cambios. Es decir, una reasignación de recursos e inversiones que desplace el exceso de oferta hotelera masiva en el litoral hacia otro tipo de propuestas que, sin olvidar el sol y playa, difícil de sustituir a corto plazo, invierta en servicios más cuidados y ponga en valor el patrimonio histórico y cultural del país. O la iniciativa privada encuentra las ideas empresariales para tejer un mercado turístico que compense el declive del modelo sol-playa o el verano próximo y los siguientes se repetirá el descenso de ingresos turísticos y de nuevo se entonará la letanía de la crisis.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_