Carla Suárez disfruta con retos colosales

El calor es agobiante y Carla Suárez se enfrenta a un imposible: ganar a Venus Williams, campeona de siete grandes, sobre la pista dura del Abierto de Australia. Quedan diez minutos para el partido y Xavi Budó, uno de sus técnicos, que no le ha acompañado hasta Melbourne, recibe un mensaje en el móvil: "Prepárate, que hoy te voy a hacer disfrutar mucho". Firma Carla, y con el mismo pulso seguro se impone a la número tres del mundo. Hoy, en Londres (Canal+ Deportes, a partir de las 13.00), las dos tenistas vuelven a cruzar sus caminos. Venus vuela impulsada por el motor de la historia: son cinco títulos de Wimbledon, a uno de los seis de Billie Jean King. Suárez calienta el partido con la rodilla derecha infiltrada y las emociones disparadas. Así habrá sido su mañana: Budó sacará el ordenador portátil y le enseñará todos los e-mails que se cruzaron antes del partido de Australia. Luego, Suárez se sentará ante un televisor para ver "cuatro imágenes de los momentos más fuertes y emocionales de aquel partido, para que vuele un poco". La española se quedará entonces sola con sus latidos. "Es una tenista de sensaciones. ¡Que se dé cuenta de que vive un sueño!", resume su técnico.

Carla está de nuevo ante un imposible. Sobrevivir al vértigo de la hierba y al bote bajo de la pelota de la campeona, favorita sin medias tintas. "Esta vez será diferente", dice con la cara quemada por el sol; "porque Venus ya me conoce". La canaria es propietaria de una estadística sorprendente, que dice que respira para los grandes: desde Roland Garros 2008 acumula diez torneos perdiendo en primera ronda... y dos cuartos de final en pruebas del Grand Slam (París 2008 y Abierto de Australia 2009). De las 31 victorias que suma desde entonces, 13, casi el 50%, son en grandes. ¿No es eso raro? "A Carla le encantan los retos", cuenta Budó mientras maneja un DVD que disecciona punto por punto el último partido de Venus. "Rinde mucho en los grandes porque controla bien los estados emocionales. En el tenis femenino hay un componente emocional que marca muchísimo y ella aprovecha su gran equilibrio interior. Adora la presión".

Venus es gigantesca en títulos y estatura (1,82m). ¿Se imagina jugar en el cuerpo de la española (1,62m)? "Cuando ando detrás de gente bajita", contesta con su bolso de Hello Kitty; "siento como si me fuera a caer encima. No comprendo nada de lo pequeño". Eso es justo lo que tiene enfrente. "Por su 1,62 y su revés a una mano, Carla tiene que dar el ciento por ciento para hacer daño", dice Budó. "En un grande juega día sí y día no, puede recuperar. En el resto juega día sí y día también".

Desde el jueves, Carla escucha palabras que para otra serían una losa y para ella son la puerta de la euforia. Le hablan de gente de Barcelona, donde se entrena, y Gran Canaria, su tierra, que ha cambiado sus planes de fin de semana por su partido. Le recuerdan cómo sonrió al ver su cruce: Venus, en pista grande. Y le dicen que sí, que Venus es durísima; que sí, que es la campeona; que sí, que en Wimbledon juega a lo grande... "Pero Carla", le dicen; "es el momento de la ilusión. Tiempo de sueños".

Tercera ronda. Hombres. R. Federer (Sui.)-P. Kohlschreiber (Ale.), 6-3, 6-2, 6-7(5) y 6-1. R. Soderling (Sue.)-N. Almagro, 7-6(7), 6-4 y 6-4. F. Verdasco-A. Montañés, 4-6, 6-1, 6-4 y 7-6. D. Sela (Isr.)-T. Robredo, (6-7, 5-7, 6-2 y 7-5). Mujeres. S. Williams (EEUU)-R. Vinci (It.), 6-3 y 6-4.