José Ramón Ordóñez, cantante de Stukas
El grupo asturiano lleva en activo cuatro décadas
"En Stukas todos somos necesarios pero nadie imprescindible. Así ha sido desde 1961 y así será mientras haya cosas que decir y música para aliviar la vida cotidiana, como dice una de nuestras canciones". Así escribía el pasado noviembre en la web del grupo -www.stukas.net- José Ramón Ordóñez, cantante de este grupo asturiano, cuando la esclerosis lateral amiotrófica que le habían diagnosticado hace un año y tres meses le impidió seguir con los ensayos. Finalmente, su guerra terminó el pasado 15 de junio en la localidad asturiana de Blimea, a los 61 años.
Ordóñez nació en Sama de Langreo el 24 de abril de 1948, donde estudió y pronto empezó a trabajar como fontanero en el Ayuntamiento y más tarde en la mina de carbón, como recordaba el sábado su hijo Adrián, de 36 años. "La música le gustó desde siempre, porque ya cantaba a los 15 años en el coro Santiaguín, el coro de aquí, porque Santiago es nuestro patrón", contó su hijo, que a partir de ahora abandona la batería y se encarga de heredar el micrófono en lugar de su padre. "Me dijo que siguiéramos; bueno, si queríamos", continuó, "y, claro, vamos a seguir".
Temas propios
José Ramón Ordóñez se incorporó a un par de orquestas de fiestas de la zona, la Langreana y la Royal, y poco después, de esto hace 35 años, se unió a los Stukas. "Primero hacían versiones de Police, de los Rolling, y tocaban en bodas y fiestas", continuó Adrián, "pero, cuando entró mi padre, poco a poco fueron haciendo ellos sus propias canciones, y, como gustaban, ya empezaron ellos con su estilo de rock and roll".
La música no resultaba por aquel momento alimenticia, así que casi todos los miembros del grupo "mantuvieron siempre sus trabajos". Entonces llegó la movida, y actuaron un par de veces en el mítico Rockola madrileño. No arrasaron, pero con eso se dieron a conocer en el resto del país y les salieron muchos bolos por toda España. "Entre el trabajo y las giras, veíamoslo poco", recuerda Adrián con su gramática bable. "Luego pidió una excedencia de cuatro años en la mina y la cosa estuvo más tranquila, pero de siempre lo recuerdo con el grupo, porque yo nací en 1972 y el primer disco, Hazañas bélicas, lo sacaron en 1983, cuando yo tenía 11 años".
A lo largo de estas cuatro décadas, han sido casi 40 personas diferentes las que han ido integrando el grupo. "Casi todos estuvieron en el funeral de mi padre. Tuvieron que marchar por motivos de trabajo, o algunos fallecieron como Adolfo Altable, algo que casi significó el fin del grupo; pero nunca desaparecieron del todo, y el grupo siempre siguió adelante".
Perseverantes como sólo se concibe entre asturianos, en 2004 montaron su última y definitiva formación por el momento: José Ramón Ordóñez; al bajo, Chus Rodríguez, que "lleva 20 años en el grupo"; Adrián Ordóñez; Iván Menéndez a la guitarra eléctrica y teclado y que es hijo del batería fundador José Luis Menéndez, y Nacho Nistal componente también del grupo langreano Los Calambres y que toca guitarra eléctrica, acústica, española y armónica. Así editaron en 2004 su último disco, A pesar de todo, y consiguieron en 2007 que su tema Atrapado -de la época de la movida- quedara como la mejor canción asturiana de la historia en el programa Con 2 de azúcar de la televisión autonómica, por delante de Nun yes tú, de Los Berrones; Asturias, de Víctor Manuel; Lamento de gaitas, de Archiduques y Asturias, de Melendi.
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