Más brotes tiernos en Leiria

En la primera edición del Campeonato de Europa por selecciones, en Leiria (Portugal), España fue octava de 12, el puesto esperado y anunciado por los estudios estadísticos. Ganó Alemania. Bajan la República Checa, Portugal y Suecia. Lo que no se esperaba, lo que no entraba en la estadística, era que un chaval de 17 años, un alicantino de Onil llamado Eusebio Cáceres, liderara al equipo. Y de manera extraordinaria.

Cáceres llegó al foso de salto de longitud, miró a su alrededor, a una lista de rivales de gran renombre, atletas como Tsátumas, Sdiri, Tomlinson o Novotny, que este año ya han saltado por encima de 8,15m, y les dijo: aquí estoy. Un juvenil, que hasta el sábado no había saltado ocho metros con viento legal, fue el único que alcanzó la distancia que empieza a marcar las diferencias.

Como Miguel Ángel Sancho, el saltador de altura que se recupera de una tendinitis en la rodilla estos días; Javier Cienfuegos, el coloso extremeño del martillo, o Aauri Bokesa, una madrileña de 20 años y largas piernas que juega al baloncesto con Estudiantes, internacional júnior, que aprovecha que la Liga de la canasta acaba en abril para practicar los 400 metros con aprovechamiento, Cáceres es un talento extraordinario.

Las comparaciones con Yago Lamela son obligatorias. Igual de bajo (1,77 metros), igual de explosivo, pero menos musculoso, Cáceres, especialista en pruebas combinadas, salta más que el asturiano a su edad y está cerca de superar a Antonio Corgos, aún plusmarquista nacional júnior con 8,09 metros (en 1979, a los 19 años). Su siguiente objetivo, tras los Europeos sub 23 de este verano, es 8,05, la mínima B para los Mundiales absoluto de Berlín, una marca a su alcance y que ya ha superado, aunque con un viento ligeramente ilegal, los 2,2 metros por segundo que soplaban en Lorca el 13 de junio, cuando saltó 8,08.