Red Bull se cruza ante Button
Vettel y Webber consiguen el segundo doblete de la temporada - El británico, sexto, fuera del podio por primera vez - Alonso es 14º, su peor resultado en Renault
La obra de Adrian Newey, oficial jefe de Red Bull, volvió a quedar ayer al descubierto. Nadie puede cuestionar el excelente pilotaje de Sebastian Vettel y de Mark Webber, pero el segundo doblete de la temporada que los dos firmaron ayer en la que podría ser la última carrera del mítico circuito de Silverstone no habría sido posible sin que las mágicas manos de este ingeniero británico de 50 años hubieran puesto a su disposición un coche del calibre del actual Red Bull. En el Gran Premio de Gran Bretaña, ningún monoplaza consiguió ir tan rápido como ellos. Los dos Brawn GP palidecieron todo el fin de semana y ayer en la carrera dejaron por primera vez fuera del podio al líder del campeonato, Jenson Button (sexto), aunque permitieron a Barrichello concluir entre los tres mejores por cuarta vez esta temporada. Muy lejos volvió a quedar el Renault de Fernando Alonso (14º), otra vez perdiendo posiciones con cuentagotas durante la carrera.
Vettel se marchó en la salida y fue ganando un segundo por vuelta a Barrichello
Brawn ha perdido el ascendente que mantuvo en las primeras carreras
Alonso y Hamilton sólo pudieron pelear por eludir las últimas posiciones
Brawn ha perdido el ascendente que mantuvo en las primeras carreras y que le permitió a Button ganar seis de los siete primeros grandes premios. Pese a todo, su ventaja en la clasificación del mundial sigue siendo importante: le lleva 23 puntos a su compañero Barrichello y 25 a Vettel. Cada vez parece más claro que el único que puede cuestionar la coronación del piloto británico es el joven alemán Vettel, 21 años, que se adjudicó su tercera victoria en la F-1 y la segunda de esta temporada tras la conseguida en China.
Cuando, al comienzo de la temporada en Australia, Ross Brawn sorprendió por el agarre que concedía a sus bólidos el polémico doble difusor, Red Bull fue el único equipo que no lo utilizaba capaz de plantarles cara. Christian Horner, director del equipo, y Adrian Newey habían realizado un trabajo excelente en los talleres. Los dos estaban convencidos de que tenían un coche ganador. Iban a por el título. Pero en Melbourne descubrieron que los rivales a los que habían derrotado -Ferrari, McLaren y Renault- habían dejado de ser los referentes en el Mundial de la F-1. El diseño aerodinámico de Newey estaba a años luz de los que habían realizado los constructores de los tres últimos coches campeones del mundo. Pero el doble difusor introducido por Brawn les situaba en un segundo plano, aunque se mantenían por delante del resto de equipos que usaban el cuestionado doble difusor, Williams y Toyota.
Nadie más había llegado tan lejos. Ningún otro coche había ganado a los Brawn como lo hizo Red Bull en China. Pero para Newey y Horner no era suficiente. Por eso, cuando la Federación Internacional del Automóvil (FIA) decidió después de muchas discusiones que los dobles difusores cumplían las normas técnicas y que, por tanto, eran legales, Newey no apareció en un par de grandes premios y se quedó en la fábrica para rediseñar su coche. El nuevo RB5 apareció en Montecarlo, con una suspensión trasera distinta, con un nuevo suelo y con el doble difusor. Había que ajustarlo. Y la última evolución -que incluía profundos retoques en el doble difusor y en el alerón delantero- llegó esta semana en la carrera en Reino Unido.
Vettel y Webber fueron los mejores en las dos primeras tandas de entrenamientos. "Van como un tiro. No podemos alcanzarles", confesó Button, con problemas para calentar los neumáticos y con el coche algo desequilibrado. La carrera no fue más que una constatación de la clasificación del sábado. Aburrió la superioridad de los dos Red Bull. Vettel se marchó en la salida y fue ganándole un segundo por vuelta y más incluso a Barrichello. Y cuando, en el primer repostaje, Webber salió por delante del brasileño, la autoridad de los Red Bull ya fue incuestionable.
La jerarquía de la fórmula uno más extraña de las últimas temporadas se la disputan ahora estos dos equipos. Las grandes escuderías y los campeones del mundo luchan para no estar en la cola. La batalla que mantuvo Raikkonen con Glock y Trulli era para entrar en los puntos. Y el duelo que Felipe Massa perdió con Barrichello y le ganó a Nico Rosberg era para el último eslabón del podio. El duelo que dirimieron Fernando Alonso y Lewis Hamilton -uno de los más bonitos de la carrera- era para conseguir la 16ª posición. El español finalmente acabó 14º, su peor resultado en toda su trayectoria en Renault y el segundo peor de su carrera. En 2001, también en Silverstone, acabó 16º con Minardi.
La F-1 ya no es lo que era. Y la guerra que sigue abierta entre la asociación de equipos (FOTA), la FIA y el patrón, Ecclestone, puede acabar por enterrarla.
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