_
_
_
_

Un cementerio oculto bajo el asfalto

Los arqueólogos hallan más restos de huesos antiguos en una obra de Valencia

Sara Velert

Del siglo XVII, del XVIII o del XIX. Una epidemia de cólera, la peste... Los esqueletos hallados en una obra de saneamiento en el barrio de la Fuensanta de Valencia siguen a la espera del veredicto final de los arqueólogos. "Pero, ¿son de la guerra de Franco o no?", preguntaban ayer a mediodía unos niños a los policías locales que custodian la zanja en la que unos obreros descubrieron el martes restos de al menos cuatro personas. Parece claro que no, que los huesos son anteriores, pero ayer el Ayuntamiento de Valencia aún hablaba de una franja temporal de unos tres siglos "aproximadamente".

"Según los expertos del servicio arqueológico, podría tratarse de restos de 1800 o antes, de personas muertas por una epidemia de cólera, muy frecuente en esa época, y aunque no están enterrados en cajas, sí lo están de forma ordenada", aseguró la concejal del Ciclo Integral del Agua, María Àngels Ramón-Llin.

Los arqueólogos tardarán algunos días en concretar la época del enterramiento. Ayer mismo se llevaron una bolsa llena de huesos para analizarlos. Pero las catas en la zanja abierta para renovar el alcantarillado de la calle de Colonia Española de México revelan de entrada que los restos "pueden ser numerosos", aunque no todos sean visibles, ya que los expertos han encontrado huesos "cada cinco metros", concretó Ramón-Llin. No se trataría, pues, de una sepultura de cuatro o cinco personas, sino de una fosa más amplia y organizada. La ventaja para los estudiosos es que los huesos están bien conservados porque se cubrieron con cal viva, una práctica habitual en momentos de muertes masivas por enfermedad. La pega es que no se han encontrado, de momento, objetos que faciliten datar el hallazgo.

Los libros de historia recuerdan los estragos de una epidemia de peste en 1647, una de las fechas que han barajado los investigadores. También se apunta, como más probable, a una epidemia de cólera del XIX. La última importante se llevó por delante a 5.000 personas en Valencia en 1885. Y más allá de la documentación histórica, hay vecinos del barrio de la Fuensanta a los que sus abuelos les hablaron de la huerta que desapareció tras la riada del Turia de 1957 y de un cementerio que se ocultó bajo el asfalto. Una zona de huerta alejada del núcleo urbano bien pudo servir para enterrar a las víctimas de una epidemia tratadas en alguna alquería. "Esta zona estaba lejos, había que venir con carro. El cólera era frecuente y los enterramientos no se hacían como ahora", comentó al respecto Ramón-Llin.

El juzgado de guardia, en cualquier caso, ha dejado campo libre a los arqueólogos del Ayuntamiento y la Consejería de Cultura, dada la antigüedad de los esqueletos. El consistorio, por su parte, espera a que los expertos decidan si necesitan trabajar en la zanja o se llevan los restos antes de continuar con la obra de saneamiento. No es probable que la investigación exija un cambio de trazado del colector que renueva el Ayuntamiento en el barrio, aunque la concejal no lo descartó. Las necesidades del saneamiento "son compatibles" con la investigación, aseguró la edil. Los arqueólogos tendrán la última palabra.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_