Uno de los 15 acusados en un juicio a 'skins' tenía un 'arsenal' nazi
El fiscal acusa a los 15 imputados de pertenecer a un grupo de cabezas rapadas
José Manuel Q. R. tenía en su casa de Alcorcón tres banderas con esvásticas, numerosas bufandas con símbolos nazis y de la peña radical madridista Ultra Sur y vídeos con títulos como El fascismo que viene o Nazis en España. Pese a todo, dice que no sabía lo que eran los Hammerskins (un grupo de cabezas rapadas al que supuestamente pertenecía) hasta que se lo contó la Guardia Civil cuando le detuvo en 2004.
El registro a su domicilio supuso el inicio de la investigación policial, con registros y escuchas telefónicas, que sentó ayer a 15 presuntos neonazis en el banquillo de la Audiencia Provincial.A los 15 imputados se les acusa por los delitos de asociación ilícita y tenencia ilícita de armas. El fiscal pide para ellos de tres a seis años de prisión.
José Manuel Q. R. fue el primero en declarar.
-¿Cuál era el motivo del acto en el que aparecen fotografiados rodeados de esvásticas?
-Una reunión de amigos.
-¿Qué significa para usted el número 88 [en simbología nazi HH, esto es, Heil Hitler]?
-El que va después del 87.
-¿Tiene ideas antisemitas?
-Perdone que me ría, pero yo no puedo decir eso porque no conozco a ningún judío.
El primer interrogado en el macrojuicio, que continúa hoy y está previsto que se alargue cuatro jornadas más, negó ser neonazi, pese a las banderas ("las colecciono") o los conciertos ("no me gusta la música, voy para beber y ligar"). "En el campo [de fútbol] me une a ellos la afición por un equipo", alegó el acusado, de 35 años, con perilla y un constante arquear de cejas durante su declaración.
"Me encargaba de la decoración de la grada. Yo era un prospect, que significa subalterno", dijo. Este término hace referencia, dentro del universo Hammerskin, a los aspirantes, y como tal identifica el fiscal a José Manuel en su escrito. El imputado afirma desconocer este significado.
"Ha incurrido en muchas contradicciones", opinó a la salida el coordinador de Movimiento Contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, que se ha personado como acusación popular. A su espalda, los acusados salían con las caras cubiertas por máscaras, gorras y chaquetas. Todos están en libertad con cargos.
La declaración del acusado tardó en empezar porque los abogados de la defensa habían pedido la nulidad de la instrucción por falta de competencia del juzgado, el número cuatro de Móstoles. También alegaron que las escuchas telefónicas a los acusados habían sido desproporcionadas. La juez denegó la primera petición. Otra de las solicitudes de los abogados defensores tenía que ver con un testigo protegido clave en el proceso. Se trata del periodista escondido bajo el seudónimo de Antonio Salas, que se infiltró un año entre los ultrasur y escribió el libro Diario de un skin. Los letrados pedían que se desvelase su identidad (a la vez que pedían confidencialidad para ellos y sus defendidos). Salas envió al juzgado una nota en la que solicitaba "declarar oculto a la vista de los acusados y sus defensores" y que se distorsionase su voz. La juez dio la razón al periodista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.