CiU y PSC pugnan por la paternidad de la nueva terminal
Mas dice que la T-1 "nació" con Pujol en el poder, y los socialistas gracias al Plan Delta
A la T-1 que nace hoy no dejan de salirle padres. Convergència Democràtica (CDC) y el Partit dels Socialistes (PSC) vivieron ayer un nuevo capítulo de sus enfrentamientos a propósito esta vez sobre quién decidió concebir la flamante terminal que hoy se inaugura. Artur Mas, presidente de CiU, se felicitó por la mañana por el nacimiento de la T-1, pero afirmó que los socialistas se colocarán hoy una medalla heredada porque la infraestructura se licitó en 2003 y se aprobó en 1998 con CiU en el poder. Jordi Pujol era entonces presidente de la Generalitat y el pacto del Majestic entre CiU y PP estaba en plena vigencia. Los socialistas encajaron el mensaje con estupefacción porque sostienen que la terminal recibió la luz verde en 1994 con el denominado Plan Delta, con el ministro Josep Borrell al frente de Obras Públicas.
El PP se suma a la lucha y afirma que fue Aznar quien presupuestó la obra
La realidad señala que, independientemente de quién tenga razón, la ejecución de la T-1 ha sido lenta. Según la estimación de los socialistas, ha tardado 14 años en ver la luz y, según los convergentes, 11. Curiosamente, la primera piedra de la T-1 se colocó dos días antes de la toma de posesión del tripartito en el Palau de la Generalitat. Todos y nadie tienen parte de culpa en esta historia. Los socialistas, porque han dilatado enormemente su ejecución y, los convergentes, por otra cuestión: Mas lamentó que la terminal se inaugure sin que el tren y el metro estén operativos. El trazado de la Línea 9 tiene previsto situar una estación junto a la terminal, pero CiU empezó las obras por Santa Coloma y Badalona. Y, desde luego, ambas formaciones discutieron largamente por la longitud y la dimensión de la T-1.
Mas, en cualquier caso, lamentó que el tripartito no esté planificando ninguna gran infraestructura y reivindicó que la primera secuencia del Gobierno del PP no fue mala para Cataluña porque se pactó la "tercera pista, la T-1 y la descentralización de los puertos. Y ahora", apuntó, "queremos gestionar los aeropuertos", dijo denunciando la incoherencia del PSC de votar a favor de esa competencia en el Parlament y en contra en el Congreso.
A media mañana, en respuesta a las palabras de Mas, el portavoz del PSC, Miquel Iceta, echó mano de hemeroteca y sacó en la comparecencia posterior a la ejecutiva de los socialistas catalanes un recorte del 17 de abril de 1994 sobre la firma del Plan Delta del Llobregat, que sentaba las bases de las ampliaciones del aeropuerto y el puerto de Barcelona. El plan lo firmaron el entonces ministro Borrell; el presidente Pujol y los alcaldes de Barcelona, Pasqual Maragall; el de El Prat, Lluís Tejedor, y el presidente del Consejo Comarcal del Baix Llobregat, José Montilla. A última hora de la tarde, en su conferencia ante empresarios de la patronal Pimec, Montilla aludió a la firma del Plan Delta. El presidente subrayó que la terminal "es la infraestructura más potente que se ha hecho en Cataluña en 20 años" y destacó el "esfuerzo inversor" en los últimos seis años de "todas las instituciones que operan en Cataluña: Generalitat, el Estado y los ayuntamientos".
Pere Macías, portavoz adjunto de CiU en el Congreso, aseguró tener las claves del conflicto y recordó que en 1994 Borrell "se comprometía a tener redactado y aprobado en seis meses el Plan Director del Aeropuerto". Según Macías, el entonces ministro no cumplió el compromiso y "fue la Generalitat la que impulsó un acuerdo entre las administraciones que culminó en 1998". "Cuando CiU gobernaba llevaba la voz cantante en la planificación de las grandes infraestructuras y gracias a esto se pudieron desbloquear cuestiones tan importantes como la T-1 y la tercera pista del aeropuerto, la ampliación del puerto y el AVE", dijo Macías.
Por si la pugna entre CiU y PSC no fuera poca, el Partido Popular se sumó a la reivindicación de la paternidad de la terminal. La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, recordó que fue su partido el que acordó y presupuestó la obra con José María Aznar en La Moncloa. Sánchez Camacho destacó "la falta de proyectos" de los presidentes socialistas del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y de la Generalitat, José Montilla.
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