El metal rompe las negociaciones e irá hoy a la huelga general

Una noche sin dormir y más de 30 horas de negociación posteriores no fueron suficientes para desconvocar la huelga del metal en la provincia de Pontevedra, que desde hoy se convierte en indefinida. Para los empresarios la situación ha derivado en un "callejón sin salida" cegado por un único punto, el mismo que hace seis meses impide el acuerdo: la subida salarial.

Con rostro serio y cara de cansancio, el presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime), José María Hidalgo, salía a última hora de la tarde de ayer de la reunión con las centrales, que contó con la mediación de Lucía Molares, la superdelegada de la Xunta en Vigo. En declaraciones posteriores responsabilizó directamente a los sindicatos del fracaso y advirtió que "miles de empresas", están en peligro. Horas antes, una parte de la patronal, la que agrupa a los pequeños talleres y a algunos concesionarios, ya había tirado la toalla al salirse de la mesa negociadora.

Hidalgo reconoció a Europa Press que las partes intentaron "arreglar lo que ya no tenía arreglo desde el principio". Se mostró con las manos atadas para acceder a las demandas sindicales argumentando que eso significaría "unos costes muy altos que supondrían el cierre de muchas empresas".

Los representantes de los trabajadores, con la misma seriedad en el rostro, confirmaron que hoy habrá una nueva jornada de huelga, aunque esta vez se extiende a todo el metal, lo que incluye la factoría de Citroën en Vigo y su larga lista de empresas auxiliares. Se espera la presencia de piquetes desde las seis de la mañana en la fábrica. Desde la compañía aseguraron que, pase lo que pase, hoy será un día de trabajo "normal", y al envite de los sindicatos advertían que la factoría "tiene que responder a los nuevos pedidos". En el mismo sentido se pronunció el Cluster del Automóvil.