Una decena de bancos de EE UU recibe permiso para devolver fondos públicos
Las entidades reembolsarán 49.164 millones y se librarán del control estatal
El Tesoro de EE UU identificó ayer a los 10 bancos que pueden empezar a devolver el dinero que se les inyectó en otoño del fondo de estabilidad financiera. Las entidades cuentan con unos balances sólidos para soportar un nuevo embate de la crisis y dan garantías de que no se arrepentirán de dar el paso. En total, tienen luz verde para restituir hasta 68.300 millones de dólares (49.164 millones de euros), una acción que, además, les librará del control de Washington.
Morgan Stanley fue la primera en anunciar el retorno de 10.000 millones de dólares que tomó prestados de los 700.000 millones del fondo anticrisis. Y le siguió American Express, que devolverá 3.390 millones. JP Morgan Chase, Goldman Sachs, US Bancorp, Capital One, BB&T, Bank of New York Mellon, State Street y Northern Trust también podrán devolver los fondos. La lista excluye a Citigroup, Bank of America y Wells Fargo, que necesitan más tiempo para recuperarse.
Hay más de 600 entidades que participan en el plan diseñado por la Administración de George Bush para rescatar a Wall Street del terremoto financiero provocado por el colapso de Lehman Brothers. El equipo de Barack Obama le dio continuidad, sometiendo a las 19 principales entidades del país a pruebas de resistencia. Nueve las aprobaron. Pero no era suficiente con tener buena nota para empezar a devolver los fondos públicos. Antes de soltar el flotador que les lanzó el Tío Sam debían respetar una serie de condiciones en la forma que iban a recaudar el capital privado para poder pagar al Tesoro por sus acciones preferentes. Los primeros signos de estabilización en el sector financiero les permitieron así hacerse con unos 65.000 millones en pocas semanas.
Al margen de este grupo, ya se autorizó a una veintena de pequeños bancos a restituir los fondos que recibieron en el momento álgido de la crisis. Pero que estén en condiciones de pagar no basta para darla por finiquitada. Obama señaló que las devoluciones son "una señal positiva", pero reiteró que la crisis financiera sigue amenazando a familias y empresas. Y advirtió que permitir estas restituciones no es "un perdón" de los excesos pasados ni un salvoconducto para que el sector financiero se embarque a asumir riesgos sin pensar en las consecuencias. Obama insistió en que no tiene interés alguno por "gestionar bancos, ni automovilisticas ni ninguna compañía privada".
El apoyo a la banca estaba concebido para tapar los agujeros creados en sus balances por la deuda de mala calidad, y así elevar la confianza entre las entidades y agilizar el crédito. Y por ahí llegan dudas sobre la conveniencia de dar este paso porque se teme que los bancos hayan estado más dedicados a devolver el dinero que a estimular la economía.
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