Feijóo refuerza la victoria del 1-M
El PP vuelve a superar el 50% de los votos nueve años después- La participación sube casi tres puntos con respecto a 2004 - El partido de Feijóo refuerza sus expectativas de cara a las municipales
Alberto Núñez Feijóo ya logra sonreír en una noche electoral. Sólo cincuenta días después de estrenarse como presidente de la Xunta, en un ajustado triunfo con euforia contenida, el líder de los populares gallegos ha superado el primer examen de los electores con nota. El hombre que reconquistó Galicia para la derecha consiguió ayer el 50,68% de los votos, una marca con la que empieza a emular las glorias del fraguismo.
Y mientras los populares echan a volar, el BNG se hunde con un 9,40% de los apoyos, un desplome histórico que retrotrae a los nacionalistas a sus resultados electorales de principios de los años 90. El otro socio del efímero bipartito también ha caído, aunque menos: con un 34,25% de los sufragios, los socialistas pierden dos puntos con respecto a las elecciones europeas de 2004, aunque resisten la expansión popular en ciudades donde tienen alcalde, como Ourense, Ferrol, Santiago y, en menor medida, Vigo.
El PSdeG logra avanzar en Ferrol, Santiago y Ourense y se mantiene en Vigo
En un 7 de junio invernal y recién salidos de los colegios electorales para elegir un nuevo Gobierno autónomo, un 47,28% de los gallegos con derecho a voto, tres puntos más que hace cinco años, introdujo su papeleta en la urna para reforzar la hegemonía del PP en el país. Sólo en otras dos ocasiones -en 2000, cuando José María Aznar se hizo con la mayoría absoluta, y en las europeas de 1994, en los momentos pletóricos de Manuel Fraga- , el PP gallego había logrado rebasar ese porcentaje en unos comicios no autonómicos. "La segunda mayoría absoluta en noventa días", sentenció Feijóo, con una sonrisa de satisfacción que no consiguió esbozar en la noche del 1-M, cuando supo que sería inquilino de Monte Pío.Para el líder de los populares gallegos, ayer se refrendó en Galicia la "política de la verdad". Pese a que la insulsa campaña electoral vaticinaba un descenso histórico de la participación, ni los chuzos de punta que cayeron del cielo ni el cansancio por la reciente cita electoral autonómica desanimaron a los incondicionales de las urnas. Y más de la mitad fueron simpatizantes del PP. La mayor movilización se produjo en el feudo de José Luis Baltar. En Ourense, la elección de europarlamentarios arrastró a los colegios electorales a casi un 55% de los ciudadanos, con marcas record en los ayuntamientos de Beariz, Nogueira de Ramuín o Entrimo.
El partido de Feijóo superó el 50% de los votos en Lugo y Ourense y fue en esta primera provincia en la que registró el mayor porcentaje de apoyos (53%), con un ascenso de tres puntos con respecto a los anteriores comicios europeos de 2004. Los ascensos más importantes se registraron, sin embargo, en las áreas más pobladas.
En las provincias de A Coruña y Pontevedra los gallegos otorgaron al PP cuatro puntos más de sufragios que hace cinco años. Y en Ourense, pese a perder unas décimas de respaldo, los populares resistieron la subida de los socialistas, ya fue en la tierra de su nuevo líder, Manuel Pachi Vázquez, donde el PSOE recogió una de sus pocas alegrías.
El único alivio de la nueva dirección de los socialistas tras perder el poder en la Xunta se produjo en algunas de las ciudades donde mantiene la alcaldía. El PSdeG subió en apoyo en Ferrol, Ourense y Santiago y logró mantenerse en Vigo. La cruz la recibieron los de Manuel Vázquez en A Coruña y en Lugo, donde bajaron tres puntos.
Pero ninguna de las alegrías urbanas de los socialistas fue total. Las elecciones de ayer confirman que el PP gana terreno en las ciudades, una tendencia que le dio la victoria a Feijóo en las pasadas autonómicas y que pinta un futuro inquietante para PSOE y BNG de cara a los comicios municipales que se celebrarán dentro de dos años. En A Coruña, por ejemplo, donde gobiernan socialistas y nacionalistas en coalición, los populares logran casi un 45% de los apoyos y ganan tres puntos con respecto a hace cinco años, mientras que las fuerzas que ostenta el poder municipal siguen perdiendo respaldo: un punto el PSOE y cinco el BNG.
Los resultados electorales de ayer tampoco han sido buenos para el bipartito local de Pontevedra que encabeza el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores. Pese al movimiento ciudadanos de oposición que ha provocado en la ciudad el anuncio de Feijóo de reforzar la delegación de la Xunta en Vigo, el PP consigue un 44% de los sufragios y gana cuatro puntos con respecto a 2004, mientras sus contrincantes pierden fuelle. El PSOE alcanzó un porcentaje de voto del 37%, tres menos que en las últimas europeas, y el BNG, aunque pierde cuatro puntos, logra rebasar por los pelos el 10% de los apoyos, una marca que su partido no consiguió mantener en ninguna de las urbes.
El panorama político que ayer pintaron los comicios europeos es especialmente negro para los nacionalistas que, como el PSdeG, estrenan líder tras la derrota del bipartito. Con un 9% de los sufragios, el BNG tuvo que conformarse con un resultado que lo retrotae 15 años atrás, a principios de los noventa, cuando ni siquiera soñaba con llegar a San Caetano. Ayer, el nuevo portavoz nacional, Guillerme Vázquez, pidió tiempo. Tachó el resultado de "poco positivo" y achacó el descalabro a que el cambio está "demasiado reciente".
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