300 nuevos guardias urbanos reforzarán la temporada de verano

Ciudadanos en paro y turistas ávidos de sol se vieron ayer sorprendidos por una cohorte municipal, presidida por el alcalde Jordi Hereu, que se paseó por el espigón de la playa de la Barceloneta. Escoltado por un urbano y un mosso, en un intento por demostrar que no hay fricciones entre los dos cuerpos policiales, Hereu escenificó la apertura de la temporada de verano, que va desde el 15 de este mes al 4 de octubre. El plan para este verano implicará el refuerzo de la vigilancia policial con los 300 nuevos agentes de la Guardia Urbana que saldrán este mes de la escuela y que trabajarán en colaboración con los mossos.

El Ayuntamiento actuará en dos líneas: en la prevención y la limpieza. Assumpta Escarp, la edil de la Vía Publica, se ha fijado el control de la venta ambulante como apuesta estratégica. Y puso como ejemplo las 824 denuncias de los últimos días y saldadas con 11.000 objetos requisados, entre ellos 4.000 latas. No es fácil controlar ese sector porque los bañistas compran a los vendedores antes que pagar los precios de los chiringuitos. Otro de los objetivos de este verano es controlar el ruido, para lo que se inspeccionarán 550 locales en la ciudad.

El verano abrirá un paréntesis en las obras de estabilización del litoral con los futuros diques en la Nova Marbella y el Bogatell. El Ayuntamiento ha abierto dos nuevos servicios: un área de salud para gente mayor y otra infantil. Imma Mayol, concejal de Medio Ambiente, subrayó que los recursos de limpieza aumentarán el 12% y que se incrementará el número de papeleras. Habrá, por ejemplo, más de 200 urinarios en la verbena de Sant Joan. "No habrá excusas para hacer las necesidades en la playa", dijo. Mayol hizo su explicación mientras empleados de Parques y Jardines protestaban por su política de contratación. "Estoy sorprendida", apuntó.