Las gafas de sol atraen a los 'aluniceros'
Las bandas fijan las ópticas con artículos de lujo como objetivo para el verano - Los comerciantes piden más control en los mercadillos donde se coloca el botín
En el Centro Óptica Visión del paseo de Yeserías las gafas más costosas no pasan de 100 euros. En sus escaparates ya no están las líneas de lujo de marcas como Prada, Gucci, Dolce & Gabbana... Y no es porque no tengan salida entre los clientes. Su dueño dice que no las vende en su negocio "para no tentar a los ladrones"; ha sufrido tres robos en tres años. El último sucedió en la madrugada del martes pasado cuando unos aluniceros se llevaron 37 gafas de sol valoradas en 3.000 euros, cada una con un coste de entre 80 y 90 euros.
El alunizaje en Yeserías se suma a los ocurridos en dos ópticas de Las Tablas y otra en Arganzuela, en abril y mayo pasados. A la óptica Ares de Las Tablas, que ha sufrido dos robos y dos intentos de asalto en el año que lleva abierta, le empotraron un camión. Las tiendas de gafas se han convertido en la diana de los robos violentos.
Este año en Madrid van 14 alunizajes. La historia es la misma: un grupo de jóvenes choca un coche contra la luna de un establecimiento y en pocos minutos se llevan lo que alcanzan. Empezaron con joyerías, pero desde hace un tiempo asaltan bancos, perfumerías y ópticas. "Se acerca el verano y los robos aumentan en nuestros negocios", dice Fernando Pintado, propietario de Óptica Visión.
Pero ésa no es la única razón. Fuentes de la policía aseguran que como los controles en las joyerías han aumentado, los aluniceros buscan sitios con condiciones de seguridad más vulnerables.
"No es que se hayan especializado sólo en ópticas, sino que planean los robos que les resulten más fáciles", explicó una fuente policial.
El 14 de mayo pasado, la policía detuvo a cinco jóvenes por cometer 15 alunizajes. Planificaban sus golpes estudiando las medidas de seguridad de diferentes locales. La misma banda asaltaba joyerías, almacenes de lujo y ópticas. Los detenidos tenían en sus casas gafas, relojes y carteras de marca.
Cuando Fernando Pintado llegó el martes pasado de madrugada a su óptica, encontró el escaparate totalmente destrozado. Los vecinos le contaron que un coche, un BMW rojo, arremetió dos veces contra la luna. Los ladrones se llevaron 37 gafas. "Uno de ellos gritaba que se les había roto la rueda", dice Pintado. El propietario de la óptica pide que aumenten los controles en los mercadillos. "En estos lugares deberían pedir facturas porque es allá donde llevan las gafas que nos roban", concluye.
El dueño de la óptica Ares, Alberto Ogando, asegura que la policía le dijo que las bandas de aluniceros colocan su botín antes de cometer los robos. "Lo suelen hacer por encargo y sólo roban gafas de sol y de marca", dice el comerciante. En marzo se llevaron 300 gafas con un valor hasta de 250 euros cada una. Alberto recuerda que en abril pasado intentaron robar otra vez su óptica. Tres hombres que llegaron en un coche de alta gama golpearon el vidrio con un par de alcantarillas. Esta vez no se salieron con la suya, un cierre metálico les impidió entrar al establecimiento. Ésas son las medidas que están empezando a tomar los propietarios de las ópticas.
En Óptica Visión no han puesto cierre. Pero en sus escaparates las gafas de lujo, de precios altos, salieron huyendo.
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