Millvina Dean, última superviviente del 'Titanic'
Era la pasajera más joven del barco que se hundió en 1912
La última pasajera viva del Titanic, que abandonó el barco en un bote salvavidas, enrollada en una saca de correo con su madre y su hermano, vivió 97 años para contarlo. Millvina Dean falleció el pasado domingo en la residencia de Southampton (Gran Bretaña) donde había pasado sus últimos años. Era también la más joven del barco, una supuesta maravilla de la ingeniería naval que no sobrevivió al choque con un iceberg frente a Terranova.
En la fatídica noche del 14 de abril de 1912, la señora Dean era un bebé de dos meses al que alguien dejó con su madre y su hermano en un bote salvavidas en medio del océano Atlántico.
Sus padres se habían embarcado en el Titanic, en los camarotes de tercera clase, en busca de un futuro en América. Su padre notó la colisión del Titanic con el iceberg a las 23.40. Ante el grito de "niños y mujeres primero", evacuó a su esposa y a sus dos hijos, Bertran y Millvina, antes de hundirse con el barco y perecer con otras 1.500 personas.
Otro barco, Carpathia, los recogió, junto a los otros 700 supervivientes, y los trasladó a Nueva York. Millvina sólo pasó una semana en aquella ciudad. Su madre decidió regresar con sus dos hijos a Inglaterra, instalándose de nuevo en Southampton. Su hogar estaría ya para siempre en aquella localidad portuaria, desempeñando diversos trabajos administrativos.
Con el recuerdo del Titanic en la memoria, durante muchos años fue reacia a participar en actos de conmemoración a los fallecidos en la tragedia marítima, hasta que en 1985 se encontraron los restos originales del Titanic y renació el interés por el incidente. Desde entonces, comenzó a tomar parte en algunos actos y a conceder entrevistas, aunque siempre se negó a ver las muchas dramatizaciones de la tragedia.
Cuando, en 1994, el Museo Marítimo Nacional organizó una muestra con restos recuperados del desastre, Dean criticó lo que calificó como dudosas intenciones comerciales de los organizadores. "Cuando pienso en toda la gente que hay allí abajo, incluido mi padre, quiero que descansen en paz", dijo, según el diario The Independent.
En 1996 se estrenó Titanic, de James Cameron, que lanzó a la fama a Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. Aunque Dean se negó a ver la película recibió una valiosa ayuda de esas estrellas.
El pasado 11 de mayo se supo que Cameron, DiCaprio y Winslet pagaron unos 21.000 euros a la residencia donde se alojaba Dean ya que la anciana había agotado todos sus recursos y corría el riesgo de ser expulsada de esa institución.
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