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"¡Si hasta Ava Gardner lo hizo!"

Tossa de Mar se revuelve contra la prohibición del sexo en la playa

La convocatoria se hizo a través de Facebook y se esperaba sobre todo a jóvenes. Pero la protesta contra la nueva ordenanza municipal que prohíbe mantener relaciones sexuales en los espacios públicos del pueblo reunió a gente de todas las edades, abuelos, familias enteras y hasta un bebé con una camiseta donde podía leerse: "Yo de mayor quiero echar un polvo en la playa".

Unas 200 personas, la mayoría de Tossa de Mar (Selva) y de pueblos de los alrededores, acudieron el sábado a la cita, en la Platja Gran de la localidad, equipadas con pancartas alusivas al sex on the beach, preservativos inflados a modo de globos y un altavoz para corear consignas como "mi sexo no lo cobra la alcaldesa" o "el sexo en la playa no nos quitarán".

Sin alcohol y sin música, el encuentro transcurrió de forma pacífica y sin incidentes, pese al celo de policía local y Mossos d'Esquadra, que vigilaban de cerca la actitud de los que iban llegando. "Ya les he dicho que no habrá problemas, que lo único que pretendemos es llamar la atención sobre la cantidad de prohibiciones y la represión que se está apoderando poco a poco del pueblo", explicó Daniel Alier, uno de los promotores del encuentro.

Fuera del arenal, multitud de curiosos comentaban la protesta en los bares y terrazas de primera línea de mar. "Se está exagerando. Ni que aquí se hicieran orgías cada noche", protestaba un vecino. El de la mesa de al lado no estaba de acuerdo: "Yo aquí he visto de todo cuando he madrugado para ir de pesca", aseguraba. Una mujer madura les salió al paso: "Quien más quien menos lo ha hecho en la playa. ¡Si hasta Ava Gardner lo hizo!", aseguraba en recuerdo del paso de la diva de Hollywood por la localidad, sus amoríos y sus correrías nocturnas, durante el rodaje de Pandora y el holandés errante en los años cincuenta.

De vuelta a la playa, los manifestantes seguían esgrimiendo sus pancartas, alguna pareja se besaba ante las cámaras que cubrían el evento y todas las miradas se centraban en el testimonio "generacional" de una abuela, su hija y una nieta que no estaban de acuerdo con la prohibición. Tumbadas en la arena, las tres criticaban la normativa municipal. "Es peor que en el franquismo", recordaba la de más edad.

Cerca de ellas, una joven embarazada bromeaba sobre el posible lugar de la concepción: "Pues igual fue aquí en la playa". Hacia la medianoche, muchos de los concentrados comenzaron la retirada. Eso sí, no descartaban emprender nuevas acciones, como crear una plataforma o recoger firmas si el Consistorio no da marcha atrás y acaba promulgando la ordenanza.

Además de prohibir el sexo, retribuido o no, en cualquier "espacio público o privado de uso público", la ordenanza también veta otras actividades en la calle, como despedidas de soltero ruidosas, consumir alcohol y drogas, hacer masajes y tatuajes, echar las cartas del tarot y participar en apuestas.

La normativa está todavía en fase de alegaciones y está previsto que entre en vigor antes del verano. Las multas que prevé pueden llegar hasta 1.800 euros. El Ayuntamiento, gobernado por CiU, defiende la ordenanza con el argumento de que servirá para garantizar "la convivencia" y potenciará una imagen de Tossa alejada del turismo de borrachera que ha quedado como imagen de marca de algunas poblaciones vecinas, como Lloret de Mar.

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