Todo es difícil
Llegamos al hotel a eso de las 16.30, más de cuatro horas antes del encuentro y el recepcionista nos recomienda salir en una hora ya que el atasco va a ser monumental. Pienso que no será para tanto pero el hombre insiste, señal de buen profesional y de que se conoce el percal. Subimos a la habitación rehaciendo los planes iniciales y pensando que todo lo que tiene que ver con estas finales es difícil, muy difícil.
Hacemos caso al profesional por lo que nos dirigimos a la parada de metro más cercana. Sacamos el tique que nos permite montar en el primer metro que llega lleno hasta los topes, atestado, caluroso. Entrada con acción de rugby llena de determinación para bajarnos una parada después. Lío, desconcierto y calor, mucho calor. No encontramos la línea A y para mis adentros pienso que todo esto de las finales es difícil, muy difícil.
Por fin hemos llegado a la estación donde debemos cambiar al tranvía pero la cola es inmensa, prietas las filas, rebosante de sudor y de calor, mucho calor. Nos decidimos por caminar para llegar al campo con un par de horas de adelanto. Los siguientes 45 minutos los invierto en conseguir encontrar la entrada para los medios de comunicación y esto, que les puede parecer fácil, muy fácil, se convierte en un ejercicio complejo cuando todo está lleno de gente con un peto de Stewart que siempre dicen que no y en contadas ocasiones te explican por donde debes acceder. Bueno, esto, como verán, se está poniendo difícil, muy difícil. Y en eso voy pensando cuando accedo, por fin, al interior del estadio para localizar mi posición de prensa y conectar mi ordenador. Mientras recapacito en que esto de las finales es un tema difícil, muy difícil, alguien me pregunta sobre quien jugará en el lateral izquierdo del Barça, a la vez, que cierra el comentario diciendo: "De jugador todo esto es mucho más fácil claro que siempre os queda lo más complicado, jugar y ganar".
Todo eso se me viene a la cabeza cuando el árbitro pita el comienzo del partido y C. Ronaldo se dispone a lanzar la primera falta directa contra la portería de Valdés, que no ha tenido ni tiempo de calentar. ¿Quieren saber lo que es difícil? Difícil es colocarse bajo los palos con un lanzador tan excepcional a 30 metros, con el campo mojado y una pelota ligera, sin tiempo de entrar en juego y prepararse para cerrar ese tiro, el primero, ¿se acuerdan de aquello de la primera parada para coger confianza? Esto sí que es difícil, muy difícil.
A partir de ahí, ¿qué quieren que les diga? El gol de Eto'o, el control de Iniesta, el partidazo de Piqué, Messi, Sylvinho, Busquets todo el Barça, TODO (así, en mayúsculas) unido para alcanzar un logro nunca antes conseguido. Un equipo maravilloso en la Ciudad Eterna cogiendo billetes para la inmortalidad, juntos, decididos, sutiles, grandes, muy grandes.
Solo me queda agradecer a todos ellos estos momentos de felicidad, esta explosión de alegría en medio de días difíciles, de crisis, de malas noticias, de amarguras. Seguro que este año maravilloso no cotiza en Bolsa, no ayuda a mejorar el paro, no hace que cambie el IPC pero, señores, permítanme que por un momento, por este día, seamos inmensamente felices,
Sí señores, todo es difícil, muy difícil pero decían mis mayores que lo que cuesta es lo que vale y ante un enorme rival, el Barça nos trajo alegría en forma de balón.
¡Gracias, muchas gracias por todo!
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