_
_
_
_
EL JEFE DE TODO ESTO | Francisco Moncada, presidente de los libreros de Moyano

"Disfruto con el gozo del comprador"

Las casetas, abiertas todo el año, son una referencia cultural de la ciudad

Llegó a Madrid para rodearse de libros al comenzar su carrera de graduado social. Y se quedó definitivamente por otra cuestión de libros. Francisco Martínez Moncada, de 57 años, es el presidente de la Asociación de Libreros de la Cuesta de Moyano. Dirige también la Asociación de Libreros de Lance. Bella palabra ésta, que no define lid medieval alguna, "más bien se refiere a aquellas ediciones compradas y vendidas por debajo de su precio", explica este cartagenero que se empleó en la librería de la Universidad Autónoma. Luego entró a trabajar para Carmelo Blázquez, un librero histórico, en una de las casetas de la Feria del Libro de Madrid, hasta que accedió como dueño a una de ellas.

Los libreros quieren incluir la feria dentro de los circuitos turísticos
"Aquí hay que venir a encontrar, siempre se hallan sorpresas"

Su primer contacto con los libros se remonta a su infancia. "Mi abuelo Jacinto Moncada, que era masón y por consiguiente ilustrado, poseía una biblioteca extraordinaria", cuenta. "Pese a que yo no sabía leer, pues apenas tenía cinco años, me extasiaba con sus libros bellamente ilustrados por fotografías y dibujos".

Quizá aquel episodio fuera el que, con el tiempo, desató en él esa suerte de fiebre religiosa que se apodera de los bibliófilos y subyuga de por vida su mirada y su atención hacia el libro. "Prueba de ello es que junto con mis 24 compañeros y seis compañeras abrimos nuestras casetas al público los 365 días del año". Y añade: "Conciliar la vida familiar y la laboral es para nosotros tarea casi imposible", se lamenta. Él representa a la treintena de profesionales que departe cada año con los 100.000 madrileños y forasteros que visitan la cuesta de Claudio Moyano, a espaldas del Jardín Botánico, donde se ofrecen todo tipo de libros con solera: textos añejos, segundas ediciones, ejemplares difíciles de hallar cuyo extravío fácilmente los convierte en joyas de la palabra. "Hay que venir a Moyano no sólo a buscar, sino a encontrar: esto está lleno de sorpresas", dice con un entusiasmo adolescente, que desmiente la leyenda que atribuye a los libreros de viejo cierto malhumor. "Como librero disfruto con el gozo del comprador", asegura para refutar la conseja.

Instalada sobre una pendiente ataludada que conecta la calle de Alfonso XII con la glorieta de Atocha, la Feria de Libros de la Cuesta de Moyano lleva abierta desde el año 1925. "Hubo domingos en los cuales más de 10.000 visitantes acudieron a la feria", rememora. Aunque admite que "algunos ejecutivos madrileños desconocen aún qué es y dónde se encuentra". Pese a ello, el aura que acompañó a asiduos visitantes como Azorín, Ramón Gómez de la Serna o Pío Baroja parece impregnar todavía las luminosas mañanas en Moyano.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

"Nuestra tarea consiste también en sugerir y orientar, si el lector lo demanda". Una función más: desde su autoridad, "el librero afina y aquilata el gusto del lector y le propone autores, obras, colecciones...". Ante los ojos de Moncada han desfilado tesoros editoriales "como primeras ediciones de obras de García Lorca dedicadas por el autor con sus inconfundibles efes y sus caprichosos dibujos...", evoca gratamente.

A lo largo de casi tres años, hasta 2007, la feria estuvo provisionalmente instalada en el paseo del Prado, explica Moncada mientras atiende a varios curiosos que se acercan a su caseta. El incendio de una subestación eléctrica cercana llevó a las autoridades a alojar, bajo la Cuesta de Moyano, una nueva subestación que mantuvo en obras toda la zona.

Las obras asolaron con placas de granito la rampa y los árboles primitivos -acacias- dañados por la contaminación, que, en muchos casos, fueron sustituidos por arbolitos que tienen aún por delante muchos años para ampliar sus copas y procurar amenidad y sombra a los visitantes. "Por eso queremos también que en medio de la cuesta se instale un velador, una especie de terraza que haga más grata la visita", dice Moncada con persuasión. Su argumento es lógico. "Estamos en contacto con el equipo Trajineros, que va a reformar el paseo del Prado", señala el portavoz de los libreros.

"Nuestra reivindicación primordial es hoy la de incluir esta feria del libro permanente en los circuitos turísticos de Madrid y de la región también", explica Moncada. "La Cuesta de Moyano es una de las joyas de esta ciudad y, sin lugar a dudas, compone una de sus principales referencias culturales". Cada una de las 30 casetas de madera gris que jalonan la feria puede albergar una media de 4.000 libros. Fueron mejoradas y restauradas bajo el mandato de Enrique Tierno Galván. "El frontal es de madera, pero los laterales, la trasera y los cimientos son de fábrica desde 1985", aclara. Hoy, la caseta primera es del Consistorio. "Fue una proposición nuestra, para dar salida a los fondos editoriales que el Ayuntamiento edita; además, es la mejor manera de que conozcan nuestra situación".

La tarea del librero no es únicamente la de vender: también necesita comprar. En espíritus como el de Moncada, la sorpresa acecha desde los restos de ediciones, los saldos y las bibliotecas cuyos libros, dice, "atesorarán siempre el poder evocador e inmarcesible de la palabra escrita".

Francisco Martínez Moncada, en su caseta de la Cuesta de Claudio Moyano.
Francisco Martínez Moncada, en su caseta de la Cuesta de Claudio Moyano.GORKA LEJARCEGI

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_