"No creo en el botafumeiro"

Pregunta. Tras hacerle a Rajoy la respiración boca a boca, ¿le han dado el carné de socorrista?

Respuesta. Es el pueblo gallego el que le ha dado una bocanada de aire. Yo he participado en esa misión.

P. Le habrá perdonado el jefe que en el 82 votara a Felipe.

R. Seguro. En nuestro partido hay mucha gente liberal, y no hay efectos secundarios por decisiones adoptadas libremente.

P. ¿Se le aparece su antecesor en el despacho presidencial?

R. Pues no, la verdad es que no. No noto nada.

P. ¿Le da más miedo el espectro de Touriño o el de Fraga?

R. Fraga es una persona entrañable. Y Touriño, un ex presidente al que respeto mucho. Y hace mucho tiempo que ya no tengo miedo a los espectros.

P. "El bipartito agravó lo que nosotros hicimos mal en dieciséis años". Menos mal que le dijo a don Manuel que no sería un Judas.

R. Aceptar que hay cosas que hemos hecho mal para reformarlas es lo que don Manuel Fraga me propuso cuando gané democráticamente el congreso.

P. Anunció en campaña que se cepillaría rápidamente el decreto del bilingüismo. ¿Ahora no hay lo que tiene que haber?

R. Derogado o no, está abocado a su anulación plena. La gente ha votado bilingüismo, libertad y consenso. Y para conseguir el consenso es necesario negociar un nuevo decreto. Pero la derogación ya no es sólo mi compromiso: ha salido de las urnas.

P. ¿Con Rajoy habla gallego en la intimidad?

R. Hablo en castellano, porque es el idioma que él utiliza normalmente, y yo creo profundamente en el bilingüismo.

P. Nació en el feudo de Baltar. ¿Ha logrado reponerse, quitarse la marca de la boina?

R. Yo he nacido en una familia humilde, y ése es mi único feudo. ¿Boina? Me decían que tenía birrete. Pero en el PP de Galicia no hay ni boina ni birrete.

P. ¿Se quedó así porque se pasó de croques contra el maestro Mateo?

R. ¿Así cómo? [ríe] Yo vine a Santiago a estudiar a los 17 años, y hoy he vuelto como presidente de la Xunta.

P. ¿De qué sería capaz si le regalaran unos trajes?

R. Pues... [largo titubeo]... Menuda pregunta, ¿no? Supongo que en algunos casos no los aceptaría y, desde luego, me fijaría muy bien en quién me los regalaba.

P. ¿Camps y Aguirre están tocados?

R. Creo que en política, igual que en muchas competiciones deportivas, hay veces que a uno le va bien y otras, menos bien.

P. Ante cualquier eventualidad, ¿ahí está su cuerpo serrano para pilotar un post-Mariano?

R. Esto es lo mismo que decir que si voy a correr el Tour. El objetivo en este momento es que Mariano Rajoy sea presidente.

P. ¿A quién daría en su partido unos pases de botafumeiro?

R. ¿A qué efectos?

P. Laudatorios.

R. No creo en el botafumeiro, salvo en el de la catedral de Santiago. El botafumeiro no es más que un espejismo.

P. ¿Piensa que Blanco ha llegado a ministro de Fomento gracias a los apuntes que le prestó en la Facultad?

R. Ja, ja, ja. Si mis apuntes le han valido para llegar a ministro de Fomento, espero que se note en la llegada del tren de alta velocidad a Galicia.

P. "El matrimonio es la institución menos democrática que hay". ¿Se lo enseñaron los marianistas de León?

R. Es una frase de Roca Junyent, uno de los mejores políticos catalanes, y es una obviedad: o hay unanimidad o se hace lo que dice uno en perjuicio del otro.

P. Y entonces, su conocido pavor a esa institución es un ejercicio de fe en la democracia.

R. Es el ejercicio de la libertad [ríe].

P. Su chica dijo: "Los dos somos virgo". ¿Se refiere sólo al zodiaco?

R. Eso hay que preguntárselo a mi chica. Yo lo veo como ella.

P. ¿Ha elegido a una periodista por si se le pega algo más del Príncipe?

R. He de reconocer que la noticia del Príncipe la escuchamos viniendo en coche de la Costa de la Muerte y nos reímos de la coincidencia. Salvando las distancias.

P. Ha abandonado la gomina y se ha cambiado el peinado. ¿Para parecer menos estirado?

R. No. Simplemente me he cortado el pelo, y ya no necesito echarme ninún producto.

P. Dijo que Gallardón y usted son mejores Albertos que los de la gabardina. ¿No les faltan las Koplowitz?

R. Yo creo que ya las tenemos. Lo que pasa es que no se apellidan Koplowitz.

P. Cuénteme sus aficiones.

R. Coger el coche y subir y bajar el Atlas; pasearme por la península de Samaná, en la República Dominicana; perderme en algunos barrios de México, D.F.; ir a una playa de Salvador de Bahia...

P. O sea, que en Galicia no le pillan ni harto de vino.

R. Estaba acabando: o ir a cualquiera de los 1.300 kilómetros de playas de Galicia. Y en estos cuatro años puedo asegurar que no saldré de aquí.