El Sevilla pone la directa a Europa
El conjunto andaluz se asegura un lugar en la Liga de Campeones al batir al Deportivo
Por tercera vez en sus 103 años, el Sevilla selló ayer su presencia la próxima temporada en la Copa de Europa. Y además, por la vía directa, gracias a la cabeza de Perotti. La que concede el tercer puesto de la clasificación que se aseguró tras la victoria ante un Depor correoso aunque pusilánime. La derrota del Valencia ante el Villarreal aún le concede al conjunto coruñés una última bala para Europa.
El club de Nervión, incomprensiblemente, prefirió mantener la intriga hasta el final. Todas las condiciones que puede pedir un equipo para hacer de ese día un recuerdo imborrable, las tenía ayer el Sevilla cuando saltó al césped. Homenaje a Javi Navarro, el capitán que ha levantado las últimas cinco copas del club y que anunció el martes su retirada; un Sánchez Pizjuán donde no cabía un alfiler y el once titular más competitivo del que dispone ahora mismo Manolo Jiménez.
SEVILLA 1 - DEPORTIVO 0
Sevilla: Palop; Adriano, Squillaci, Escudé, Fernando Navarro; Jesús Navas, Duscher, Renato, Diego Capel (Perotti, m. 51); Luis Fabiano (Maresca, m. 92) y Kanouté (Koné, m. 87). No utilizados: Javi Varas; Dragutinovic, Crespo y Chevantón.
Deportivo: Aranzubia; Manuel Pablo, Lopo, Zé Castro, Filipe; Sergio, Juan Rodríguez; Pablo Álvarez (Lafita, m. 67), Verdú (Valerón, m. 76), Guardado; y Bodipo (Rikki, m. 61). No utilizados: Munúa; Laure, Colotto y Cristian.
Gol: 1-0. M. 90. Perotti, de cabeza.
Árbitro: Clos Gómez. Amonestó a Bodipo, Lopo y Fernando Navarro.
45.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.
Sin embargo, hasta los estertores del encuentro el equipo jugó con los músculos agarrotados. Capel se desvanecía en la izquierda. Navas, en la orilla opuesta, quería pero no podía. Y Kanouté y Luis Fabiano eran dos troncos frente a Aranzubia. El Depor, mientras, a lo suyo. Con Sergio y Juan Rodríguez paseándose por el círculo central como si fuera el salón de su casa. El cuadro de Lotina, con el aliciente europeo en el horizonte, estiró las líneas hasta el balcón de Palop.
No fue hasta la entrada de Perotti, ya en la reanudación, cuando el Sevilla se sacudió la galbana. Aún tuvo que sufrir varias acometidas del Depor, pero el argentino estaba convencido de que era su día. Cuando el partido moría, al borde del silbato final, Adriano colgaba un balón templado al punto de penalti. Perotti voló y cabeceó al fondo de la red. Un vuelo directo a la Champions.
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