Los poetas se divierten

La Rambla se convirtió ayer por la tarde en una fiesta total. Ante una marea humana, en la que predominaban los colores azulgrana, 2.000 bastoners procedentes de toda Cataluña exhibieron su arte con motivo de su encuentro anual. Los Gegants de la Ciutat y un grupo de potentes trabucaires les abrieron camino, para diversión y asombro de turistas y autóctonos. Reunidos ante el Liceo, una decena de poetas convocados con motivo de la Setmana de Poesia aportaron su granito de arena a este festival montado en La Rambla. Aplaudieron y cantaron a los bastoners y luego emprendieron un recorrido por las líneas 3 y 4 del metro seguidos por una cincuentena de personas.

La Revista underground metrotransportada se organizó con el objetivo de convertir la poesía en subterránea y urbana e incitar con sus versos a los viajeros, que realmente se quedaron de pasmo ante aquella panda que tanto recitaba como cantaba o tocaba música.

El viaje poético se inició en la estación de Liceu. Ejerció de conductor y maestro de ceremonias Carles Hac Mor, que fue presentado en verso a los diferentes poetas. Abrió el fuego el valenciano Andreu Galán, que cantó con voz potente y fue aplaudido por propios y extraños. Poetas y seguidores se bajaron en la última parada de la línea 3, Canyelles y rindieron homenaje al artista Benet Rossell, que tiene allí instalada una obra dedicada al mundo. Los autores improvisaron poemas en su honor. Miquel Àngel Marín, armado con un clarinete, actuó como improvisado flautista de Hammelin y divirtió con su música a los pasajeros. El ambiente era de euforia. "Somos muchos y estamos juntos". En Canyelles, dos poetas bajaron una escalera mecánica que subía recitando precisamente un poema sobre el artilugio.

Participaron, entre otros, Anna Aguilar-Amat, Francesc Gelonch, Jordi Nopca y Patrícia Tosquella. Se divirtieron mucho y contagiaron su alegría a seguidores y pasajeros. Nos enseñaron que la poesía es de todos, no algo extraño encerrado en un libro.

El festival Barcelona Poesía se extiende por toda la ciudad. Prácticamente hay actividades en cada barrio. La inauguración ayer de la exposición Josep M. Mestres Quadreny. Música visual sin peluca en la Fundación Joan Brossa reunió a más de 300 personas. "Si somos capaces de escuchar una pintura, también seremos capaces de ver un ruido", decía Brossa. Y de eso se trata.

En la exposición se muestran los últimos trabajos poéticos y música visual del compositor: Mirall de sorra, Sol, Cançoner, Cave-Canis, Homenatge a Eugenio Arias, Tardoral y los libros Cop de poma, Cranc-cranc, Lied, Uta, Kamina, Les dents del teclat, creados con otros artistas, como Joan Miró, Brossa, Moisès Villèlia, Antoni Tàpies, Pereajume, Fusako Yasuda, Lluís Pessa y Manuel Gimeno. La exposición permanecerá abierta hasta el próximo 19 de junio.

Igual éxito tuvo el maratón poético dedicado a Joan Salvat-Papasseit. Desde las diez de la mañana hasta las ocho de la tarde, poetas y aficionados estuvieron recitando poemas de Papasseit en la librería Catalònia. Los organizadores tenían previsto que algunos de los libreros recitaran si fallaba alguien, pero no fue necesario.

Joan Salvat-Papasseit (Barcelona, 1894-1924) es uno de los poetas más representativos de la vanguardia histórica de Cataluña.