La crisis paraliza más de un tercio de la construcción de pisos en Barcelona
El Colegio de Arquitectos cifra en el 40% las renuncias a seguir con las obras
Grúas paradas y otras que se desmontan, solares en barbecho, esqueletos de edificios abandonados, invasión de aceras por vallas, acumulación de porquería... Es el paisaje que ofrecen muchas obras de Barcelona que se han quedado colgadas -o casi- porque los constructores no tienen capacidad para seguir adelante o no quieren acabarlas porque la demanda está por los suelos. El número de renuncias de presentadas por los arquitectos a proyectos que dirigían, porque las obras se paraban, se situó en el 40% hasta el tercer trimestre de 2008 y llegó al 70% en los últimos meses de ese año, en el que se iniciaron 10.000 obras. Y en lo que va de 2009, se ha presentado un 40% de renuncias de 2.400 obras iniciadas.
Hay denuncias de los vecinos cuando una promoción se queda colgada
Parecido panorama ofrecen las estadísticas del Colegio de Aparejadores. En la demarcación de Barcelona, el número de renuncias presentadas en 2008 fue de 8.286, frente a las 4.742 de 2007.
"Si salta a la vista. No hay más que darse una vuelta", afirma David. Es un trabajador de la construcción de 35 años que pasea en el cochecito a su hijo. Está en paro: "He llegado a un acuerdo con el jefe y vamos a esperar unos meses porque así no hay forma". La conversación se produce en la calle de Fluvià, muy cerca de la Diagonal. En uno de los bares del barrio, el Tío Juan, la mayor parte de las mesas están vacías. En los últimos años, en cambio, ese bar y otros de la zona tenían bastante trabajo porque en su entorno inmediato se han construido bloques y más bloques de pisos. "Sí, pero la mayoría están vacíos", sigue explicando David.
A dos pasos hay otras dos promociones con el forjado y la cubierta acabada, pero ni rastro de trabajadores dentro. Muy cerca, otro solar con cachivaches y máquinas que parecen preparadas para empezar unas obras que no llegan. Casi en el cruce de Pere IV y Diagonal, otra promoción de pisos con el esqueleto ya acabado: "Venta de pisos a medida. Precios actualizados", dice una gran lona. Dentro se entrevén dos o tres trabajadores en medio de un mar de cemento. Sant Martí es uno de los distritos donde el parón se ve más porque es la zona en la que más se construía. "Algunas obras han estado paradas y luego han reanudado actividad, y en muchas hay muy pocos trabajadores", reconoce el edil Francesc Narváez. Hay obras paradas en muchos barrios. Por ejemplo, una promoción de pisos que se alzaba en el solar que ocupó la fábrica Hamsa, en Hostafrancs.
¿Cuántas hay? La respuesta no la conoce nadie. El Ayuntamiento de Barcelona no tiene ni idea del número de andamios solitarios que hay en la ciudad. La licencia de obras se da por un tiempo. En el caso de obras mayores, como edificios de oficinas o viviendas, suele durar de dos a tres años. "Si caduca la licencia y no han notificado el fin de la obra, se envía un requerimiento para que la prorroguen", explican fuentes de Urbanismo.
Y si hay problemas de seguridad, son los distritos los que deben encargarse de reclamar a las constructoras. La cuestión de la seguridad es uno de los motivos de queja más frecuentes entre los vecinos que tienen al lado una promoción que se ha quedado colgada. Muchas de ellas invaden la zona destinada al paso de peatones. Por ejemplo, la que se levanta en la antigua Hamsa, en Hostafrancs. "En el distrito nos han dicho que otra constructora reanudará los trabajos, pero el caso es que apenas hay paso por la acera", explican en la Asociación de Vecinos de Hostafrancs. Y tienen razón, porque las aceras han desaparecido allí.Los sindicatos tampoco saben cuántas obras de edificios pueden estar paralizadas en Barcelona. "El número de parados de la construcción en la provincia se ha incrementado en 60.000 desde octubre del año pasado", explica Narcís Riera, secretario de construcción de UGT. Cuatro constructoras han presentado concurso de acreedores, "pero lo que no sabemos es el número de obras paradas porque es un sector en el que hay mucha subcontratación", argumenta.
"Es cierto que cada vez hay más obras paradas o trabajando al ralentí con muy pocos trabajadores", sostiene Germán González, secretario de la construcción de Comisiones Obreras. Argumenta, además, que a diferencia del sector de la automoción, en el que se sabe cuántas personas van al paro si cierra una factoría, en la construcción la plantilla de trabajadores es variable y, además, suele estar fragmentada en subcontratas.
El cálculo de cuántas obras pueden estar ahora paralizadas tampoco lo tiene el gremio de constructores. "En muchos edificios, sobre todo de viviendas, se acaba la estructura, se cubre y paran. Esto suele ocurrir cuando se ha agotado la financiación para seguir o porque el constructor no podrá subrogar la hipoteca en los futuros compradores porque la política de préstamos de las entidades bancarias es ahora restrictiva", afirma Nestor Turró, presidente del gremio.
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