'Europeos' incomprendidos
Cuando vivo en Estados Unidos, mis opiniones están teñidas por un prejuicio antiestadounidense relativamente fuerte. Cuando he vivido en Europa, esto cambia y empiezo a hablar de mi país como si fuera la Tierra Prometida. Como he pasado la mayor parte de mi vida en Estados Unidos, supongo que la mayoría de mis amigos dan por hecho que les odio por su carácter estadounidense.
En realidad, no los odio, pero sí que me disgusta lo que percibo como una falta de perspectiva. No pude evitar pensar en eso cuando vi lo que hizo Luis Scola con Lamar Odom, sus compañeros de equipo y, posiblemente, varios acomodadores y conserjes durante el sexto partido de las semifinales de la Conferencia Oeste entre los Rockets y los Lakers.
Cuando jugaba contra Scola, que estaba en el Tau, pensaba: "Va a hacer que los bases parezcan muy estúpidos"
Cuando los Spurs ficharon a Scola, apostaría a que la mayoría de los observadores pensaron: "Genial, otro euro sin nombre". Está claro que se equivocaban en dos cosas: Scola no es europeo, sino argentino, y sí que tiene un nombre. Como jugué contra él cuando estaba en el Tau, al contrario que la mayoría, yo podía pensar: "Va a hacer que los bases parezcan muy estúpidos".
No escribo esto para erigirme como un experto en pronósticos: también pensé que Walter Hermann sería imparable en la NBA. Escribo esto sólo para que entendáis mejor a mis compatriotas. Y, por consiguiente, para que no tenga que ser tan proestadounidense cuando estoy en Europa. Porque, en general, el odio tiene su raíz en el desconocimiento. Al padre de mi novia, que es español, no le caigo bien, aunque no me conozca, porque no entiende que no todos los estadounidenses tenemos mal gusto y estamos desinformados. Sólo el 80% es así.
Al igual que los estadounidenses no entienden a Luis Scola, tampoco entienden a Dirk Nowitzki. La semana pasada, los Mavericks de Nowitzki fueron eliminados de los play offs antes de tiempo. Otra vez. Esta incidencia me frustra porque no estoy seguro de que los fans se percaten de lo bueno que es Nowitzki. De hecho, eso no es correcto. Creo que entienden que es bueno, pero no entienden en qué sentido es bueno.
Por desgracia para Dirk, no es Larry Bird II. Fue construido o, mejor dicho, programado (al fin y al cabo, es alemán) para ser un jugador de equipo espectacular. La NBA y los Mavericks han intentado superar su programación con un poco de la suya propia, pero no ha funcionado. Al contrario de lo que dicta la intuición, para ganar los Mavericks necesitan que el resto de los jugadores metan más canastas para que Nowitzki pueda marcar menos y hacer lo que se le da mejor, que es jugar como un europeo.
Nadie lo reconocerá, por supuesto, y los Mavericks seguirán quedando eliminados antes de lo que debieran. Es probable que los Rockets no tengan el mismo problema con Scola porque, a pesar de su reciente arrebato, se han comprometido económicamente a convertir a un chino en estadounidense.
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