Sueños de un radical
Como la mayor parte de la vida de Fernando Arrabal ha transcurrido en el exilio, y como la imagen que de él tienen muchos españoles se reduce a los explosivos pasos del escritor por programas televisivos, muy pocos conocen su carrera como cineasta, supeditada a su primera pasión, la literatura. Ahora aparece un pack de DVD bautizado con su nombre, de la colección Initial Series, en el que se recopilan todos sus filmes, siete piezas que duran desde 54 a 99 minutos y que ha dirigido desde 1971, que realizó Viva la muerte, hasta 1998, cuando filmó Jorge Luis Borges (una vida de poesía) -uno de sus fotogramas, en la imagen de la izquierda-, entre otras películas. Además, un documental explora la pertenencia de Arrabal al movimiento Pánico, en el que junto a dos personas tan eclécticas como él, Alejandro Jodorowsky y Roland Topor, jugueteó con el surrealismo. Las películas de Arrabal son como él: provocación sin querer provocar, sueños y metáforas que saltan a su paso como artista, y un cóctel de belleza y extrañamiento. Un radical al que amas u odias.
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