Eurovisión 'friki', pero no tanto

Eurovisión 2009 promete batir sus propios excesos. Faltan cinco días para la final de la 54ª edición del festival y los candidatos están ya en Moscú ensayando sus coreografías imposibles y sus efectos especiales. En Rusia el certamen se está viviendo como un acontecimiento de Estado y el mismísimo Putin ya se ha dejado caer por el estadio Olimpic.

Este año no hay entre los aspirantes ni pavos ni monstruos ni caricaturas, pero sí imitadores de Elvis, bailarinas del vientre, viejas estrellas del tecno y una famosa stripper. Lo que no veremos es a Georgia metiéndole el dedo en el ojo al anfitrión con su tema We don't wanna put in (de Stephanie & 3G). Los rusos captaron la alusión a su primer ministro y les invitaron a cambiar la letra. Como se negaron, los descalificaron de un plumazo.

La 'stripper' Dita von Teese actuará con los candidatos alemanes

Entre los que sí se han clasificado impera el tecno simplón, los tintes étnicos y la balada. Nada nuevo en el horizonte: Eurovisión sigue siendo ese extraño melange al que nos tiene acostumbrados.

El serbio Marko Kon seguramente no ganará, pero nos quedaremos con su cardado y su voz grave. También nos quedaremos con el tupé del belga Copycat, un hombre con dos influencias: Elvis y el nihilista gato del cómic Le Chat. El premio al imposible este año se lo llevan los checos Gipsy.cz, que fusionan hip-hop y ritmos gitanos. Y el podio al amor universal es para los holandeses The Toppers, dispuestos a cambiar el mundo con su canción (Shine) y su buen rollo.

Entre los favoritos destacan dos: el noruego Alexander Rybak y el griego Sakis Rouvas. Rybak, de 23 años, es de origen bielorruso, lo que puede ayudarle con el temido voto del Este. Rybak toca el violín y es el autor del tema y de la letra, algo raro en Eurovisión. Rouvas, por su parte, se mueve en el otro extremo musical: el tecno de discoteca de playa con estribillo machacón. Originario de Corfú, es un sex symbol en Grecia. Sabe bailar y hará gala de ello todo lo que pueda.

Una de las propuestas más controvertidas es la israelí. Noa y Mia Awad (de padre palestino), cantarán There must another way (Tiene que haber otra forma... de llevar el conflicto palestino-israelí, se entiende). Lo presentan como un símbolo de la paz y cantarán en tres idiomas: hebreo, árabe e inglés. Noa es una de las artistas israelíes más internacionales, lo que da una idea de la importancia que le dan a su participación en el festival.

Francia es otro que se lo toma muy en serio. El año pasado mandaron al reconocido (e incomprendido) Sebastian Tellier. Esta vez escalan otro peldaño y envían a Patricia Kaas, una histórica con 16 millones de discos en el currículo. Pero Kass cuenta con una ventaja: es muy famosa en Rusia. No competirá hasta la final del sábado, al igual que Soraya, representante de TVE.

La guinda llegará con la actuación de Alex Swings Oscar Sings! (Alex era miembro del grupo de tecno de los noventa U96, autores del éxito Das Boot). Los alemanes tendrán de bailarina a la famosa stripper Dita von Teese. A ver quién logra batir eso.