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Rajoy ensaya para el debate un tono sin catastrofismo

Encerrado en su casa, estudia cómo evitar la imagen del "no a todo"

Carlos E. Cué

Como suele hacer en las grandes ocasiones, Mariano Rajoy no aparece por la calle Génova estos días y se ha encerrado en su casa para preparar el debate sobre el estado de la nación que tiene hoy su día estelar, con el choque de réplicas y contrarréplicas del presidente del Gobierno y el líder de la oposición. Rajoy, que como es habitual tiene decenas de fichas temáticas y algunas propuestas ya conocidas, se ha concentrado especialmente en dar con el tono adecuado.

Fuentes cercanas al líder explicaban en los últimos días que Rajoy está especialmente preocupado por huir del tono catastrofista. El líder del PP tuvo mucho éxito hace tres semanas en un debate sobre la última remodelación del Gobierno. Allí desplegó su ironía y atacó a José Luis Rodríguez Zapatero en tono burlón. Esa fórmula, aseguran en el entorno de Rajoy, no vale para este debate, centrado en el drama de los cuatro millones de parados españoles. Por eso el jefe de la oposición prepara un tono mucho más institucional para lograr una imagen de alternativa creíble.

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En el PP existe una gran preocupación, aunque sólo se expresa en privado, por la imagen de la oposición. El CIS deja claro el grave deterioro de la imagen del Gobierno y de su presidente, pero también de la oposición y su líder, de quien desconfían el 80% de los ciudadanos.

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Todas las encuestas que maneja el PP, con los datos destripados, reflejan que la mayoría de los ciudadanos quiere ver al Gobierno y a la oposición trabajando juntos. Por eso Rajoy, que necesita atacar al presidente y culparle de la crisis, está buscando la fórmula para lograr criticar pero tratando de evitar la imagen del "no a todo" y de "no arrimar el hombro" en la que el PSOE trata de instalarles.

El líder del PP utilizará para ello las palabras de Zapatero, que en noviembre de 2008 dijo que el mejor termómetro de su gestión sería el empleo. Y le reprochará que trate de culpar de la crisis a los Gobiernos del PP, como hizo este fin de semana. Con la idea de que Zapatero lleva ya cinco años gobernando, Rajoy tratará de hacerle responsable de la situación actual.

No está previsto que el líder del PP saque muchas propuestas nuevas, pero sí que desarrolle las del plan anticrisis que presentó hace un mes. Los populares también temen que pueda calar el mensaje de que sus propuestas son antisociales. Por eso han decidido dejar sin definir las más polémicas -reforma laboral, retraso de la edad de jubilación, energía nuclear- y complementar sus iniciativas de bajadas de impuestos con otras medidas contradictorias con su mensaje de recorte de gasto público, como la propuesta de dar 1.000 euros a todo el que compre un coche nuevo, algo que pide la patronal y ya se ha practicado con éxito en Alemania, Italia o Francia.

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