Feijóo pide al PP que no caiga "ni un segundo en la autocomplacencia"
El presidente popular insta a los conselleiros a "no confundir Gobierno y partido"
Diecisiete votos en blanco y un despistado que invalidó su papeleta es toda la oposición que tiene el presidente Alberto Núñez Feijóo en el partido después de recuperar la Xunta. El 99,1% de los 1.995 compromisarios que asistieron al congreso de A Coruña respaldaron la candidatura única presentada por el líder en una votación tan ágil como unánime. Ni Manuel Fraga recibió un apoyo similar en sus 16 años largos de mayorías absolutas.
Algo debía de sospechar Feijóo ya a media mañana cuando demandó el apoyo de las bases. En ese momento instó a "evitar la euforia y no caer ni por un solo segundo en la autocomplacencia". "La victoria pasó y es el tiempo del trabajo", sentenció. Para la Xunta, representada en el cónclave por nueve de los diez conselleiros -faltó la independiente Marta Fernández Curras, titular de Facenda- también hubo deberes. Les encargó "gobernar para todos, atendiendo a los compromisos" y "no caer en el error de pensar que partido y Gobierno son lo mismo o que con el Gobierno no hace falta el partido". Por eso, los miembros del Ejecutivo aparecieron sentados entre el público. Feijóo les agradeció que ninguno le reclamara asiento en la dirección del PP. Su alegato final, antes de someterse a las urnas, fue una adaptación propia del fin de las ideologías. "Por encima de izquierdas y derechas, nacionalistas y no nacionalistas, está el pasado y el futuro. Los partidos que representan el pasado pierden las elecciones y los que representan el futuro ganan las elecciones".
PSdeG y BNG "se equivocaron en la Xunta y se equivocan en la oposición"
El auditorio le devolvió un aplauso. Y el presidente nacional, tras el apresurado recuento de los cerca de 2.000 votos, un sinfín de felicitaciones. Ajeno a la invitación de su hombre en Galicia, Mariano Rajoy se extendió en elogios, brindis y vítores. En el apartado que reserva en cada mitin para explicar a la concurrencia su estado de ánimo, Rajoy se confesó "contento" y partidario de aplicar "las recetas económicas" de Feijóo, austeridad más que ninguna otra, en La Moncloa. Luego se enzarzó en la sátira a Zapatero y sólo volvió a Galicia para sorprenderse de que ahora "la leche se importa de Francia". El PP ha decidido que el drama del campo lucirá en la campaña de las europeas.
Tras su larga intervención, Feijóo volvió al escenario ya como sucesor de sí mismo. Y ahí explicó el porqué de la victoria en Galicia. "Hace cuatro años la ciudadanía exigió un cambio con nuevas políticas y nuevos modos", aceptó. Para concluir que ese mensaje lo captó antes el PP en la oposición que el bipartito en la Xunta. "Vemos ahora a socialistas y nacionalistas afanándose como hijos pródigos en volver a la sociedad que habían abandonado. Se equivocaron en el Gobierno y se equivocan en la oposición". Esta última frase sirvió a Feijóo para quejarse de las "descalificaciones" que le dedican PSdeG y Bloque. Ante un público propicio retomó el debate sobre la lengua. La Consellería de Educación todavía no adoptó un solo acuerdo sobre el idioma, lo que no impide a los populares presumir de "traer la libertad". Cuando la citó, ayer volvieron a atronar las palmas. "Se confunden quienes ven una pugna. No es gallego o castellano, es imposición o libertad. Por eso vamos a promocionar el gallego en un marco de libertad", prometió sin explicar cómo.
Mucho antes, Fraga había dedicado un reconocimiento público a la tarea de su heredero. "El PP lo está haciendo bien en Galicia y en España", aplaudió el veterano senador. Uno de los hombres del presidente, Carlos Negreira, aderezó el discurso del líder. "Quiero decirle a Feijóo que no genere un partido acrítico incapaz de hacer una crítica constructiva al Gobierno". El consejo tiene algo de mea culpa. "Que no nos pase lo que les pasó a otros o a nosotros mismos otras veces, cuando no había partido".
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